📜 A comienzos del siglo XX, el primer establecimiento hotelero en la zona de Villavicencio, Mendoza, fue una hostería modesta que funcionaba como posada de montaña para viajeros que recorrían la antigua ruta entre Buenos Aires y Santiago de Chile. Este paraje, ubicado en el departamento de Las Heras, ofrecía baños termales y servicios básicos, y fue precursor del famoso Gran Hotel Villavicencio, inaugurado en 1940.

Desde el siglo XIX, Villavicencio era una posta clave en el cruce andino, utilizada por viajeros, científicos y militares. En 1902, empresarios franceses iniciaron la explotación de las aguas termales, construyendo albergues rudimentarios que reemplazaron las chozas originales. En 1918, el ganadero Ángel Velaz visitó la zona por motivos de salud y vislumbró su potencial turístico y comercial. Se creó la sociedad Termas Villavicencio, que desarrolló una hostería con baños termales, comedor y servicio de transporte desde la ciudad. Este primer hotel funcionaba como refugio de descanso para las clases altas mendocinas y visitantes nacionales. En las guías turísticas de 1920 ya se ofrecía el circuito Villavicencio con almuerzo, baño termal y paseo por la montaña. El aluvión de 1934 que afectó Cacheuta y el Tren Trasandino impulsó la construcción de un nuevo hotel en Villavicencio. En 1940, se inauguró el Gran Hotel Villavicencio, con 30 habitaciones, estilo normando y servicios de lujo. El hotel funcionó hasta 1979, y hoy forma parte de la Reserva Natural Villavicencio, declarado Patrimonio Histórico Nacional en 2013