En 1925, el caso de John T. Scopes, un joven profesor de 24 años, marcó un hito en la historia de Estados Unidos al poner en el centro del debate público las tensiones entre ciencia, religión, educación y política. Este evento, conocido como el "juicio del mono", tuvo lugar en Dayton, una pequeña localidad de Tennessee con menos de 2.000 habitantes, y captó la atención nacional e internacional debido a su trascendencia cultural y legal.Contexto: La Ley Butler y el auge del fundamentalismoEn marzo de 1925, Tennessee aprobó la Ley Butler, que prohibía a los profesores de escuelas y universidades públicas enseñar cualquier teoría que negara la creación divina del hombre según la Biblia y promoviera, en cambio, que el ser humano descendía de un "orden inferior de animales". Esta ley reflejaba el creciente malestar de los fundamentalistas religiosos, quienes, tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), rechazaban la Teoría de la Evolución de Charles Darwin, publicada en 1859 en El origen de las especies. Los fundamentalistas veían la evolución como una amenaza a la interpretación literal de la Biblia y asociaban el darwinismo con ideas como el militarismo alemán y el darwinismo social, que justificaban la "supervivencia del más apto" en contextos sociales y políticos.El periodo posterior a la guerra también vio una expansión de la educación científica en EE. UU., con más estudiantes expuestos a materias como Biología, lo que alarmó a los fundamentalistas. En este contexto, al menos 20 estados consideraron leyes similares a la de Tennessee, aunque solo esta logró aprobarse en 1925, gracias a la iniciativa de John Washington Butler, un agricultor que admitió no saber mucho sobre evolución, pero que estaba preocupado por el impacto de estas enseñanzas en los valores tradicionales.El caso: Un acusado voluntarioLa Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), fundada en 1920, vio en la Ley Butler una oportunidad para desafiar su constitucionalidad y defender la separación entre Iglesia y Estado. La organización anunció que respaldaría legalmente a cualquier profesor acusado de violar la ley, con la esperanza de llevar el caso a la Corte Suprema de EE. UU. En Dayton, líderes empresariales, buscando reactivar la economía local, incentivaron a profesores a desafiar la norma. John T. Scopes, un entrenador de fútbol y profesor suplente de ciencias en la escuela secundaria del condado de Rhea, aceptó ser el acusado. Scopes admitió haber enseñado la evolución usando el libro de texto obligatorio A Civic Biology, que incluía secciones sobre el tema. En mayo de 1925, fue arrestado y acusado formalmente.El juicio: Un espectáculo mediáticoEl juicio, iniciado el 10 de julio de 1925, se convirtió en una sensación mediática, siendo el primero en EE. UU. transmitido en vivo por radio a nivel nacional. Más de 200 periodistas, incluido Henry Louis Mencken, quien acuñó el término "juicio del mono", cubrieron el evento. La ciudad de Dayton se transformó: vendedores ambulantes, souvenirs alusivos a monos y hasta un chimpancé vestido de traje animaban las calles, mientras miles de personas abarrotaban el tribunal.La acusación estuvo liderada por William Jennings Bryan, un prominente político, exsecretario de Estado y defensor del fundamentalismo, quien argumentaba que la evolución amenazaba los valores morales bíblicos. La defensa, encabezada por Clarence Darrow, un célebre abogado agnóstico, buscaba demostrar que la Ley Butler violaba la Constitución al imponer creencias religiosas en la educación pública. Bryan y Darrow, antiguos amigos, se enfrentaron en un duelo dialéctico que simbolizó el choque entre ciencia y religión.Un momento clave ocurrió cuando Darrow llamó a Bryan a testificar como experto en la Biblia. Durante el interrogatorio, Darrow cuestionó la interpretación literal de pasajes bíblicos, como la creación en seis días o la historia de Jonás y la ballena. Bryan, aunque elocuente, dio respuestas evasivas que lo hicieron parecer poco preparado, lo que debilitó su posición. Darrow, por su parte, argumentó que la ley representaba un intento de imponer una teocracia y restringir la libertad académica.El veredicto y su impactoEl juicio duró solo ocho días. El jurado, tras deliberar menos de diez minutos, declaró a Scopes culpable y lo multó con 100 dólares (unos 1.800 dólares actuales). La defensa apeló, y la Corte Suprema de Tennessee anuló la multa por un tecnicismo, aunque mantuvo la constitucionalidad de la Ley Butler. A pesar de no llegar a la Corte Suprema de EE. UU., el juicio fue considerado una victoria intelectual para la defensa, ya que expuso las debilidades del fundamentalismo y frenó iniciativas similares en otros estados. Solo dos leyes comparables se aprobaron en los años siguientes, y la Ley Butler fue derogada en 1967.Legado y relevanciaEl juicio de Scopes dejó un impacto duradero en EE. UU., simbolizando las tensiones entre ciencia y religión, y entre modernidad y tradición. Aunque la enseñanza de la evolución enfrentó retos posteriores, como intentos de incluir el creacionismo o el diseño inteligente en los planes de estudio, los tribunales han rechazado estas iniciativas. Según Glenn Branch, del National Center for Science Education, la aceptación de la evolución ha crecido incluso entre fundamentalistas, pasando del 8% en 1988 al 32% en 2019.El caso inspiró libros, obras de teatro y la película El viento será tu herencia (1960), y sigue siendo un referente en los debates sobre educación, religión y política en EE. UU. En 2025, su centenario se conmemora con eventos que destacan su relevancia en un contexto de polarización y guerras culturales. Como señaló el historiador Edward Larson, el juicio de Scopes permanece como un símbolo del "folclore estadounidense", resonando en discusiones sobre los valores que definen a la nación.
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domingo, 27 de julio de 2025
“El juicio del mono”: la chispa que encendió un siglo de conflicto
En 1925, el caso de John T. Scopes, un joven profesor de 24 años, marcó un hito en la historia de Estados Unidos al poner en el centro del debate público las tensiones entre ciencia, religión, educación y política. Este evento, conocido como el "juicio del mono", tuvo lugar en Dayton, una pequeña localidad de Tennessee con menos de 2.000 habitantes, y captó la atención nacional e internacional debido a su trascendencia cultural y legal.Contexto: La Ley Butler y el auge del fundamentalismoEn marzo de 1925, Tennessee aprobó la Ley Butler, que prohibía a los profesores de escuelas y universidades públicas enseñar cualquier teoría que negara la creación divina del hombre según la Biblia y promoviera, en cambio, que el ser humano descendía de un "orden inferior de animales". Esta ley reflejaba el creciente malestar de los fundamentalistas religiosos, quienes, tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), rechazaban la Teoría de la Evolución de Charles Darwin, publicada en 1859 en El origen de las especies. Los fundamentalistas veían la evolución como una amenaza a la interpretación literal de la Biblia y asociaban el darwinismo con ideas como el militarismo alemán y el darwinismo social, que justificaban la "supervivencia del más apto" en contextos sociales y políticos.El periodo posterior a la guerra también vio una expansión de la educación científica en EE. UU., con más estudiantes expuestos a materias como Biología, lo que alarmó a los fundamentalistas. En este contexto, al menos 20 estados consideraron leyes similares a la de Tennessee, aunque solo esta logró aprobarse en 1925, gracias a la iniciativa de John Washington Butler, un agricultor que admitió no saber mucho sobre evolución, pero que estaba preocupado por el impacto de estas enseñanzas en los valores tradicionales.El caso: Un acusado voluntarioLa Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), fundada en 1920, vio en la Ley Butler una oportunidad para desafiar su constitucionalidad y defender la separación entre Iglesia y Estado. La organización anunció que respaldaría legalmente a cualquier profesor acusado de violar la ley, con la esperanza de llevar el caso a la Corte Suprema de EE. UU. En Dayton, líderes empresariales, buscando reactivar la economía local, incentivaron a profesores a desafiar la norma. John T. Scopes, un entrenador de fútbol y profesor suplente de ciencias en la escuela secundaria del condado de Rhea, aceptó ser el acusado. Scopes admitió haber enseñado la evolución usando el libro de texto obligatorio A Civic Biology, que incluía secciones sobre el tema. En mayo de 1925, fue arrestado y acusado formalmente.El juicio: Un espectáculo mediáticoEl juicio, iniciado el 10 de julio de 1925, se convirtió en una sensación mediática, siendo el primero en EE. UU. transmitido en vivo por radio a nivel nacional. Más de 200 periodistas, incluido Henry Louis Mencken, quien acuñó el término "juicio del mono", cubrieron el evento. La ciudad de Dayton se transformó: vendedores ambulantes, souvenirs alusivos a monos y hasta un chimpancé vestido de traje animaban las calles, mientras miles de personas abarrotaban el tribunal.La acusación estuvo liderada por William Jennings Bryan, un prominente político, exsecretario de Estado y defensor del fundamentalismo, quien argumentaba que la evolución amenazaba los valores morales bíblicos. La defensa, encabezada por Clarence Darrow, un célebre abogado agnóstico, buscaba demostrar que la Ley Butler violaba la Constitución al imponer creencias religiosas en la educación pública. Bryan y Darrow, antiguos amigos, se enfrentaron en un duelo dialéctico que simbolizó el choque entre ciencia y religión.Un momento clave ocurrió cuando Darrow llamó a Bryan a testificar como experto en la Biblia. Durante el interrogatorio, Darrow cuestionó la interpretación literal de pasajes bíblicos, como la creación en seis días o la historia de Jonás y la ballena. Bryan, aunque elocuente, dio respuestas evasivas que lo hicieron parecer poco preparado, lo que debilitó su posición. Darrow, por su parte, argumentó que la ley representaba un intento de imponer una teocracia y restringir la libertad académica.El veredicto y su impactoEl juicio duró solo ocho días. El jurado, tras deliberar menos de diez minutos, declaró a Scopes culpable y lo multó con 100 dólares (unos 1.800 dólares actuales). La defensa apeló, y la Corte Suprema de Tennessee anuló la multa por un tecnicismo, aunque mantuvo la constitucionalidad de la Ley Butler. A pesar de no llegar a la Corte Suprema de EE. UU., el juicio fue considerado una victoria intelectual para la defensa, ya que expuso las debilidades del fundamentalismo y frenó iniciativas similares en otros estados. Solo dos leyes comparables se aprobaron en los años siguientes, y la Ley Butler fue derogada en 1967.Legado y relevanciaEl juicio de Scopes dejó un impacto duradero en EE. UU., simbolizando las tensiones entre ciencia y religión, y entre modernidad y tradición. Aunque la enseñanza de la evolución enfrentó retos posteriores, como intentos de incluir el creacionismo o el diseño inteligente en los planes de estudio, los tribunales han rechazado estas iniciativas. Según Glenn Branch, del National Center for Science Education, la aceptación de la evolución ha crecido incluso entre fundamentalistas, pasando del 8% en 1988 al 32% en 2019.El caso inspiró libros, obras de teatro y la película El viento será tu herencia (1960), y sigue siendo un referente en los debates sobre educación, religión y política en EE. UU. En 2025, su centenario se conmemora con eventos que destacan su relevancia en un contexto de polarización y guerras culturales. Como señaló el historiador Edward Larson, el juicio de Scopes permanece como un símbolo del "folclore estadounidense", resonando en discusiones sobre los valores que definen a la nación.
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Curiosidades Históricas
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