FRASE DEL DÍA. Si el hombre fuese constante sería perfecto. (William Shakespeare)

Esta expresión encierra una reflexión sobre la naturaleza humana, sus contradicciones, y el ideal moral. La constancia, en este contexto, representa mucho más que repetición: es coherencia entre pensamiento, acción y propósito. Ser constante implica fidelidad a principios, metas o afectos a lo largo del tiempo. La falta de constancia se asocia a la inconstancia emocional, la indecisión y el abandono de compromisos, que son comunes en la experiencia humana. En la tradición clásica, desde Aristóteles a Séneca, la virtud exige repetición, disciplina y permanencia, valores que hacen al carácter íntegro. La frase sugiere que la imperfección del ser humano radica en su falta de constancia, en su volubilidad. Perfección no es infalibilidad sino armonía duradera entre lo que se piensa, se dice y se hace. En ese sentido, la constancia se convierte en una ruta ética hacia lo mejor de uno mismo, más que en un estado absoluto. Podría surgir en un texto religioso, filosófico o literario, como advertencia o añoranza de una humanidad más firme, menos escindida. Es también una crítica suave: se reconoce que el hombre puede ser virtuoso, pero su debilidad es el cambio arbitrario, el olvido, la contradicción. “El hombre, cuando ama, cuando promete, cuando sueña, parece tocar la perfección con la punta de los dedos. Pero al olvidar, al desistir, al traicionar lo que dijo o sintió, se aleja. Si fuese constante, si mantuviera en pie sus palabras con el paso del tiempo, sería perfecto. No por no errar, sino por sostener su verdad.” “Si el hombre fuese constante, sería perfecto.” #NaturalezaHumana #ReflexiónÉtica #VirtudYFragilidad #PensamientoFilosófico #Inconstancia #HumanidadImperfecta #FilosofíaCotidiana #SerYTiempo #Mendozantigua