Este refrán tiene raíces antiguas y universales, con versiones similares en numerosos idiomas y culturas. Su núcleo ético es claro: es preferible cumplir una acción, aunque con retraso, que no hacerla en absoluto.
Herencia latina: Se cree que el refrán proviene de la locución latina potius sero quam numquam. Escritores como Tito Livio ya la usaban en la Antigua Roma. Su sentido era moral más que práctico: hacer el bien, aunque tarde, es mejor que no hacerlo.
Transmisión medieval: En los siglos medievales, la frase fue incorporada a los compendios de sabiduría popular y proverbios en lenguas romances. En castellano, aparece en textos del Siglo de Oro, como en refraneros y comentarios de escritores como Cervantes.
Educativo y social: Se ha usado en contextos escolares, religiosos y familiares para inculcar valores de perseverancia, redención y oportunidad tardía.
Moral humanista: Evoca la posibilidad de corregir errores, pedir perdón, aprender o comenzar algo nuevo — aunque sea fuera de tiempo.
Popularidad global: El refrán existe en inglés (Better late than never), francés (Mieux vaut tard que jamais), italiano (Meglio tardi che mai) y otros idiomas, lo que habla de su fuerza ética compartida.
Este refrán, heredero de la ética latina, invita a la acción tardía como forma válida de responsabilidad. Representa la resistencia al abandono, la fuerza de la intención, y el poder del cambio, incluso cuando llega fuera de hora. #TiempoDeRedención #NuncaEsTarde #AcciónConRetraso #SabiduríaPopular #RefránConHistoria
%20(1).jpg)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario