Año 1938, la 9 de Julio. 🏙️ Una avenida en construcción: modernidad y ambición. Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina

La Avenida 9 de Julio, bautizada en honor al Día de la Independencia argentina, fue concebida como una arteria monumental que atravesara el corazón de Buenos Aires. En 1938, la ciudad vivía una etapa de intensa transformación urbana, y la avenida estaba en pleno proceso de ensanche y apertura, especialmente en el tramo que conecta Constitución con Retiro. Ese año, la circulación ya comenzaba a fluir por sus carriles centrales, aunque muchas expropiaciones y demoliciones seguían en curso. El proyecto implicaba derribar manzanas enteras, lo que generó resistencia vecinal y debates arquitectónicos. Aun así, la visión de una avenida moderna, comparable con los grandes bulevares europeos, se imponía. El Obelisco de Buenos Aires, inaugurado apenas dos años antes (1936), se alzaba en la intersección con Avenida Corrientes, marcando el kilómetro cero de la ciudad. Diseñado por Alberto Prebisch, fue recibido con críticas por su estilo austero y su costo, pero rápidamente se convirtió en símbolo de modernidad y punto de referencia urbano. En las fotos de 1938, el Obelisco aparece rodeado de autos antiguos, colectivos y peatones, con edificios de estilo ecléctico y art déco enmarcando la escena. La ciudad comenzaba a adoptar el ritmo del siglo XX, con semáforos, carteles luminosos y una creciente vida nocturna. La 9 de Julio en 1938 ya mostraba tránsito intenso, con colectivos de línea, taxis y camiones circulando por sus carriles. Las veredas eran anchas, y los edificios que la bordeaban incluían teatros, cafés y oficinas, especialmente en el barrio de San Nicolás. El ensanche de la avenida fue acompañado por la construcción de túneles y pasos a nivel, que buscaban mejorar la conectividad sin interrumpir el flujo peatonal. #9DeJulio1938 #ObeliscoNaciente #BuenosAiresModerna #ArchivoUrbano #AvenidaQueTransforma #Mendozantigua. Crédito Fotográfico: Archivo General de la Nación