Desde 1891, el establecimiento vitivinícola de Don Natalio Spósito se incorporó con fuerza a la riqueza industrial de Mendoza, consolidándose como un motor de trabajo y progreso. Reconocido en los mercados más exigentes por la variedad y calidad de su producción, Spósito supo combinar tradición y espíritu emprendedor para expandir su influencia en la región. Además de la bodega matriz en Ingeniero Giagnoni, Spósito adquirió nuevas instalaciones en la calle Lucero y en la calle del Medio (Alto Verde). Allí cultivó cepas selectas como Malbec, San Juan y Moscatel Rosada, que dieron origen a vinos acreditados: Málaga, Moscatel Seco, Tinto, Blanco, Moscatel Rosado y tipo Marsala, alcanzando una producción promedio de 15.000 cascos anuales. Su labor incansable lo convirtió en un referente de la industria vitivinícola, aportando no solo al desarrollo económico del departamento, sino también al movimiento cultural y social de la zona. La historia de la vitivinicultura mendocina, documentada por instituciones como la Universidad Nacional de Cuyo y la Academia Nacional de la Historia, confirma que hombres como Spósito fueron claves en el crecimiento de la región. La vitivinicultura mendocina, iniciada en el siglo XVI con las primeras cepas traídas por los españoles, encontró en el siglo XIX un auge decisivo. Fue entonces cuando bodegueros como Spósito consolidaron la identidad productiva de Mendoza, transformando el paisaje y la economía local, y sentando las bases de lo que hoy es un patrimonio cultural y turístico reconocido mundialmente. La figura de Don Natalio Spósito, apreciada por sus vecinos y admirada por su tenacidad, debe ser entendida como una fuerza moral y económica que impulsó la evolución de la vitivinicultura mendocina. Su legado es parte de la memoria viva de la provincia y de la tradición que aún hoy sostiene el prestigio del vino argentino en el mundo. #RaícesDelVino #Mendoza1891 #LegadoSpósito #PatrimonioVitivinícola #CulturaEnUnCopo #mendozantigua
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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jueves, 6 de noviembre de 2025
1920🍇 Natalio Spósito: Pionero de la vitivinicultura mendocina desde 1891. Ingeniero Giagnoni. Juniín. Provincia de Mendoza
Desde 1891, el establecimiento vitivinícola de Don Natalio Spósito se incorporó con fuerza a la riqueza industrial de Mendoza, consolidándose como un motor de trabajo y progreso. Reconocido en los mercados más exigentes por la variedad y calidad de su producción, Spósito supo combinar tradición y espíritu emprendedor para expandir su influencia en la región. Además de la bodega matriz en Ingeniero Giagnoni, Spósito adquirió nuevas instalaciones en la calle Lucero y en la calle del Medio (Alto Verde). Allí cultivó cepas selectas como Malbec, San Juan y Moscatel Rosada, que dieron origen a vinos acreditados: Málaga, Moscatel Seco, Tinto, Blanco, Moscatel Rosado y tipo Marsala, alcanzando una producción promedio de 15.000 cascos anuales. Su labor incansable lo convirtió en un referente de la industria vitivinícola, aportando no solo al desarrollo económico del departamento, sino también al movimiento cultural y social de la zona. La historia de la vitivinicultura mendocina, documentada por instituciones como la Universidad Nacional de Cuyo y la Academia Nacional de la Historia, confirma que hombres como Spósito fueron claves en el crecimiento de la región. La vitivinicultura mendocina, iniciada en el siglo XVI con las primeras cepas traídas por los españoles, encontró en el siglo XIX un auge decisivo. Fue entonces cuando bodegueros como Spósito consolidaron la identidad productiva de Mendoza, transformando el paisaje y la economía local, y sentando las bases de lo que hoy es un patrimonio cultural y turístico reconocido mundialmente. La figura de Don Natalio Spósito, apreciada por sus vecinos y admirada por su tenacidad, debe ser entendida como una fuerza moral y económica que impulsó la evolución de la vitivinicultura mendocina. Su legado es parte de la memoria viva de la provincia y de la tradición que aún hoy sostiene el prestigio del vino argentino en el mundo. #RaícesDelVino #Mendoza1891 #LegadoSpósito #PatrimonioVitivinícola #CulturaEnUnCopo #mendozantigua
domingo, 19 de octubre de 2025
📍 De bodega a mercado, de mercado a casino: la esquina que guarda 140 años de historia mendocina (1885) Crédito Fotográfico Ariel Gantus
“¿Sabías que el casino de Mendoza fue una bodega con túneles y luego un mercado?”
Un viaje exprés por la calle Belgrano 1885 de Godoy Cruz, donde el presente vibra sobre capas de vino, comercio y memoria. 🕰️ ¿Qué pasó en Belgrano 1885. Hoy funciona allí el casino de Godoy Cruz, pero esa esquina fue testigo de tres grandes transformaciones que marcaron la identidad local: La Bodega Baraquero (siglo XIX. Fundada por Honorio Barraquero, inmigrante, bodeguero y político radical, fue uno de los primeros establecimientos vitivinícolas del municipio. Fabricaba vino bajo la marca “Baco”. Llegó a emplear 300 operarios, que dormían en habitaciones construidas dentro del predio. En 1882 sufrió un incendio, pero se reconstruyó con túneles y nueva infraestructura. El Mercado Baraquero (siglo XX) Con el tiempo, el edificio se transformó en un mercado popular. Punto de encuentro barrial, con puestos de frutas, carnes, ropa y modismos de época. Funcionó como centro de abastecimiento y sociabilidad, donde se cruzaban generaciones. El Casino de Godoy Cruz (actualidad) Hoy, el edificio alberga el casino, símbolo de entretenimiento moderno. El contraste entre el juego digital y los túneles de vino es parte de su magnetismo. La esquina sigue siendo un epicentro urbano, pero con otra lógica: luces, apuestas y shows. #HistoriaLocal #GodoyCruzRetro #BodegaBaraquero #MercadoQueFue #CasinoConPasado #MendozaVintage #EsquinasConMemoria #ScrollPatrimonial #AntesYDespués #CápsulaUrbana
jueves, 28 de agosto de 2025
“Benegas Hnos., 1910: el vino como oficio y herencia” Mendoza
En el año 1910, la Bodega Benegas Hermanos y Cía. era uno de los referentes de la industria vitivinícola mendocina, en plena expansión y modernización. Ubicada en la provincia de Mendoza, esta bodega formaba parte de un entramado de empresas familiares que impulsaban la producción de vino a escala industrial, en un contexto de creciente demanda nacional e internacional. La bodega contaba con grandes toneles de madera, prensas mecánicas y sistemas de embotellado que reflejan el paso de una producción artesanal a una lógica industrial. Las imágenes de archivo muestran trabajadores operando maquinaria entre barricas alineadas, en ambientes de piedra y madera típicos de la época. El proceso incluía tareas como el trasiego, el embotellado manual y el etiquetado, realizados por operarios capacitados. La indumentaria de los trabajadores —boinas, camisas y pantalones de trabajo— revela el carácter artesanal del oficio, aún en un entorno técnico. Mendoza comenzaba a posicionarse como región vitivinícola de renombre, y bodegas como Benegas Hnos. eran parte de ese impulso. Sus vinos circulaban en mercados locales y comenzaban a llegar a Buenos Aires y al exterior, especialmente a Europa. La familia Benegas tuvo un rol destacado en la historia del vino argentino. Décadas más tarde, Federico Benegas Lynch, bisnieto de Tiburcio Benegas, recuperaría parte de ese legado fundando la actual Bodega Benegas, en la histórica finca Libertad de Luján de Cuyo. #Benegas1910 #BodegaHistórica #VinoMendocino #OficioVitivinícola #PatrimonioEnológico #ArchivoVisual #MendozaAntigua. Crédito Fotográfico: Archivo Genarl de la Nación
miércoles, 27 de agosto de 2025
“Bodega Barruero, Sección Tonelería (1903): madera, manos y vino en la Mendoza industrial”
La escena de Bodega Barruero, en Mendoza, 1903 nos transporta al corazón de la industria vitivinícola argentina en sus primeras décadas de consolidación. En ese año, Mendoza ya se perfilaba como el epicentro del vino nacional, y la tonelería —arte de fabricar toneles de madera— era una pieza clave en el proceso de crianza y almacenamiento del vino. En 1903, las bodegas mendocinas no eran solo espacios de elaboración: eran verdaderos complejos industriales que incluían viñedos, lagares, depósitos, laboratorios y talleres como la tonelería. La Bodega Barruero representa ese modelo integral, donde cada etapa del vino se cuidaba artesanalmente. El tonel como símbolo de calidad Los toneles de roble o algarrobo eran esenciales para la crianza del vino. Su construcción requería precisión, fuerza y experiencia. Los toneleros seleccionaban la madera, la curvaban con fuego y humedad, y ensamblaban las duelas con aros metálicos, sin usar clavos ni pegamento. Muchos toneleros eran inmigrantes europeos, especialmente españoles e italianos, que trajeron consigo técnicas ancestrales. En Mendoza, el oficio se transmitía de generación en generación, y los talleres funcionaban dentro o junto a las bodegas. Barruero como referente Aunque no hay abundante documentación específica sobre la Bodega Barruero, su mención en registros de época sugiere que fue parte del entramado productivo que hizo de Mendoza una potencia vitivinícola. Su tonelería, como se ve en la imagen, muestra una escala considerable, con decenas de barricas en distintas etapas de fabricación. #ToneleríaHistórica #Mendoza1903 #BodegaBarruero #PatrimonioVitivinícola #OficioYTradición #MemoriaDelVino #IndustriaArtesanal #Mendozantigua
sábado, 23 de agosto de 2025
Instantánea tomada en abril de 1964 frente a la histórica Bodega Giol, en Godoy Cruz, Mendoza. En el centro, mis abuelos Eduardo —con gorra— e Hilda, acompañados por Anita Odilla a la derecha, y por los señores Enrique y Willi O'Mullaine a la izquierda, entrañables amigos de la familia. (gentileza: Guillermo García Marsal)
La fotografía tomada en abril de 1964 frente a la bodega Giol en Godoy Cruz, no solo captura un momento familiar lleno de afecto, sino que también se inscribe en un contexto histórico de gran relevancia para la vitivinicultura mendocina.🍇 Bodega La Colina de Oro (Giol): Fundada en 1896, por los inmigrantes Bautista Gargantini y Juan Giol, pioneros en transformar Mendoza en un polo vitivinícola de escala mundial. Para 1910, Giol era considerada la bodega más grande del mundo, elaborando hasta la mitad del vino argentino. En 1964, el gobierno provincial adquirió la empresa para evitar su quiebra y convertirla en un instrumento de regulación de precios y apoyo a productores. Aunque su sede principal estaba en Maipú, el predio de Godoy Cruz funcionaba como centro de distribución y almacenamiento, aprovechando la cercanía al ferrocarril San Martín. Esta fotografía no solo tiene valor familiar, sino que también documenta una etapa de transición en la historia de Giol: el paso de empresa privada a estatal, en un contexto de políticas de desarrollo económico y protección de la industria local. #BodegaGiol #GodoyCruz1964 #MemoriaFamiliar #PatrimonioVitivinícola #HistoriaMendocina #ArchivoFotográfico #VinoYMemoria #AmistadesDeÉpoca #InstantáneaHistórica #MendozaAyer #Mendoza #Mendozantigua
miércoles, 20 de agosto de 2025
🍇 1938: El vino al canal — protesta, dignidad y memoria obrera - Mendoza
En 1938, en la Provincia de Mendoza, se vivió uno de los gestos más simbólicos y dramáticos de la historia vitivinícola argentina: trabajadores de la vid arrojando vino a los canales. No fue una celebración ni una travesura: fue una forma de protesta, de denuncia y de visibilización de una crisis estructural que afectaba tanto a productores como a obreros rurales. A fines de los años 30, Mendoza atravesaba una crisis de sobreproducción vitivinícola. El mercado interno no absorbía todo el vino elaborado, los precios se desplomaban y miles de litros quedaban sin destino comercial. Las bodegas, sin capacidad de almacenamiento ni salida rentable, optaban por destruir el excedente. En ese marco, trabajadores rurales y pequeños productores comenzaron a tirar vino a los canales de riego como acto simbólico. Era una forma de decir: “Este vino no vale nada para el mercado, pero es fruto de nuestro trabajo”. El líquido que debía alimentar la economía regional se convertía en agua roja que corría por las acequias, como metáfora de desperdicio y abandono. El gesto fue recogido por fotógrafos, cronistas y vecinos como una imagen de dignidad obrera. No era vandalismo, sino una forma de visibilizar el esfuerzo invisibilizado de miles de cosecheros, vinateros y obreros de bodega. En una provincia donde el vino es identidad, tirar vino era también tirar una parte del alma colectiva, para que todos la vieran La imagen compartida, con dos hombres proyectando vino en plena acción, es una cápsula de esa época. Este episodio forma parte de la memoria vitivinícola mendocina. Hoy, en contextos de crisis o reclamo, se recuerda como ejemplo de protesta creativa y contundente. También ha sido retomado en documentales como Mendoza: la tierra, el sol y las manos que hacen el vino, que rescatan las voces de quienes hacen posible la industria desde abajo. Crédito Fotográfico: Archivo General de la Nación. #MemoriaVitivinícola #Mendoza1938 #ProtestaObrera #VinoAlCanal #ArchivoAGN #CulturaVisual #HistoriaSocial #CuraduríaDigital #GestosDeResistencia #PatrimonioPopular #Mendoza #Mendozantigua
🍇 Bodega Maessen: pionera en la vitivinicultura urbana (1873) Ciudad de Mendoza
La Bodega Maessen, ubicada frente al histórico Molino de Mota, al norte de la Alameda mendocina, representa una postal temprana del paisaje vitivinícola urbano de Mendoza hacia 1873. En ese entonces, la ciudad comenzaba a consolidar su perfil agroindustrial, y esta zona —entre acequias, huertas y caminos polvorientos— era un núcleo de actividad productiva y comercial. Frente al Molino de Mota, sobre el antiguo Camino Real, la bodega se beneficiaba del acceso al agua de riego y del tránsito de carretas que conectaban la ciudad con los oasis productivos del norte y el este. La cercanía con la Alameda la vinculaba también con la vida social y política de la ciudad. En 1873, Mendoza vivía una etapa de transición entre la producción artesanal y la incipiente modernización vitivinícola. Las bodegas como Maessen eran espacios híbridos: combinaban técnicas tradicionales con influencias europeas, especialmente francesas y italianas, que comenzaban a introducirse en la región. Molino de Mota: Este molino hidráulico, uno de los más antiguos de la ciudad, era clave para la molienda de cereales y también para la elaboración de productos derivados de la uva. Su presencia frente a la bodega sugiere una articulación entre distintas formas de producción rural-urbana. La imagen que compartida muestra una construcción de estilo clásico, con frontis triangular y ventanas simétricas, típica de las bodegas de la época. El entorno polvoriento, los caballos y los personajes reunidos evocan una escena de intercambio, cargada de movimiento y cotidianeidad. La Bodega Maessen forma parte del paisaje histórico que dio origen a la identidad vitivinícola mendocina. Aunque muchas de estas construcciones fueron absorbidas por el crecimiento urbano, su memoria persiste en documentos, imágenes y relatos como este. #BodegaMaessen #MolinoDeMota #MendozaHistórica #Alameda1873 #VitiviniculturaUrbana #MemoriaVisual #ArchivoMendoza #EscenaPatrimonial #HistoriaViva #CuraduríaDigital
lunes, 18 de agosto de 2025
1923 - “¿Sabías que el vino mendocino viajaba en tren? Mirá esta imagen de época”
En 1923, Mendoza vivía una etapa clave en la consolidación de su perfil vitivinícola. La provincia ya era considerada el corazón del vino argentino, con una producción que superaba los 75 millones de galones anuales. El paisaje estaba dominado por viñedos, chimeneas de bodegas y filas interminables de bordalesas —toneles de roble de 225 litros— que aguardaban su traslado. Las bordalesas eran cargadas en vagones ferroviarios que partían desde estaciones como Palmira, Maipú o Godoy Cruz. Los grandes centros de consumo como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, donde el vino se distribuía en almacenes y pulperías. El tren era clave para abarataba costos, conectaba regiones y permitía que el vino mendocino llegara fresco y en volumen. La industria vitivinícola estaba marcada por tensiones entre viñateros, bodegueros y comerciantes, especialmente por el precio de la uva y del vino. Mendoza atravesaba una crisis económica y política, pero el vino sostenía gran parte de la recaudación provincial. La llegada de inmigrantes europeos (italianos, españoles, franceses) aportó saberes técnicos y consolidó el modelo de bodega moderna. La fotografía muestra una escena típica de la época: barriles alineados frente a una bodega con chimenea, símbolo del auge industrial. Es un testimonio visual del vínculo entre paisaje, trabajo y cultura. #VinoMendocino #IndustriaVitivinícola #Mendoza1923 #MemoriaVisual #ArchivoHistórico #Bordalesas #TrenesYVino #PatrimonioCultural #PostalesDeÉpoca #HistoriaDelVino #Mendozantigua
viernes, 25 de julio de 2025
“Inmigración productiva”, “Mendoza 1890”, “Cultores de la vid”…
Hacia 1890 la gente adinerada consumía bebidas importadas de bodegas francesas, italianas o españolas. Pero el grueso de la población del país se conformaba con los vinos y licores nacionales, aunque éstos fueran por el momento de baja calidad. Muchos inmigrantes llegaron a Mendoza para dedicarse al cultivo de la vid, aprovechando el clima y las características especiales de la región; habían sido expulsados de su patria por razones políticas o por la ruina de la industria vitivinícola. Traían una alta especialización: nuevas técnicas, conocimientos sobre fertilizantes, arados, sistemas de labranza y métodos para combatir las plagas. Así, las modalidades heredadas del período colonial fueron suplantadas por el sistema de contra espalderas francesas o por los parrales españoles e italianos, y para la poda se utilizó el sistema Guyot. El ferrocarril y las obras de riego sobre los ríos Mendoza y Tunuyán dieron el impulso final para el desarrollo de esta industria. Para enviar vinos a Buenos Aires, el gran mercado consumidor, se necesitaba disponer del capital necesario para realizar ventas a plazos más o menos largos y de la producción suficiente para asegurar un tipo de marca y mantener el stock durante el año. De allí el fracaso de muchas pequeñas bodegas. En cambio, durante la década de 1890 se consolidaron algunas firmas prestigiosas: los hermanos Tosso, oriundos de Italia, fundaron su establecimiento en 1891; los Mosso, también italianos, producían desde 1899 el vino de marca Hiena que se vendía en el Litoral y en Tucumán; Melgor y Herist, fundadores de La Peregrina (Maipú) en 1889, elaboraban vino de tipo francés de excelente calidad; Miguel y Alberto Aguinaga, orientales, produjeron en 1897 unos 3 000 hl de vino marca Vistalba en su bodega de Luján de Cuyo; otro pionero de la industria vitivinícola, Tiburcio Benegas, se había instalado en El Trapiche, y los hermanos Arizu, nativos de España y llegados al país en 1883, ya eran tan prestigiosos que compraban la producción de otros viñateros para industrializarla. Paralelamente, los mendocinos utilizaban las tierras de riego para cultivar frutas y hortalizas de muy buena calidad que el ferrocarril transportaba al mercado porteño. La provincia cuyana, a la cabeza de la industria del vino, poseía casi un tercio de las bodegas del país y generaba tres cuartas partes de la producción nacional. Alrededor del negocio vinícola la sociedad se modernizaba, se hacía más cosmopolita y progresista, la vieja élite criolla compartía el prestigio con los extranjeros, esos emprendedores gringos que estaban dando el tono a la nueva Mendoza. San Juan no resultó tan favorecida por los cambios ocurridos en la economía finisecular. Esta provincia padeció más que su vecina las consecuencias de la interrupción del comercio trasandino y, sobre todo, del engorde del ganado destinado a Chile. Sus industrias-fábricas de ladrillo, jabón, hornos de cal, alfarerías y canteras- sintieron la interrupción de estos intercambios; la llegada a la provincia del ferrocarril Gran Oeste Argentino, que se produjo en 1885, no trajo consigo demasiada prosperidad. Pero la ley de protección a la industria del vino, aprobada en 1875, permitió a San Juan incorporarse a la actividad y recibir inmigrantes especializados en el cultivo de la vid. Los grandes ganaderos de antaño, convertidos en industriales, se dedicaron con entusiasmo al nuevo negocio. Al finalizar el siglo se destacaban los bodegueros sanjuaninos Jaime Colomé, J. y E. Copello, y especialmente la bodega Colón, de los Graffigna, que logró un mercado estable para su producción en las provincias norteñas. San Luis, Salta en los valles calchaquíes y en Cafayate, Catamarca y La Rioja intentaron por esos años incorporarse a la industria vitivinícola con suerte dispar. La Rioja tuvo cierta expansión con sus vinos dulces, pero en Catamarca motivos políticos llevaron a la destrucción de las vides. De todos modos, hacia 1900 la producción argentina de vinos y alcohol les satisfacía las dos terceras partes del consumo nacional. La preocupación de los grandes bodegueros por mejorar los productos de sus establecimientos permitía augurar un futuro promisorio para la industria.
jueves, 24 de julio de 2025
Las primeras Vendimias en Mendoza eran un verdadero crisol de trabajo, celebración popular y construcción de identidad. En la imagen se ven vendimiadores entre barriles y viñedos parece capturar ese espíritu fundacional: el esfuerzo colectivo en torno a la uva y su transformación en vino.
La escena muestra vendimiadores en plena faena, rodeados de barriles y viñedos, en un entorno rural que evoca las primeras décadas del siglo XX. Es probable que represente una vendimia anterior a la institucionalización de la fiesta, cuando el trabajo y la celebración aún estaban íntimamente ligados al ciclo agrícola y a la vida comunitaria. Siglo XVII: La vid comienza a cultivarse en Mendoza para producir vino destinado a las misas. Cada capilla tenía su propio parral. Celebraciones espontáneas: Al finalizar la cosecha, los trabajadores festejaban con guitarras, cuecas y gatos cuyanos. Se elegía a la cosechadora más linda y se la coronaba con racimos de uva. Fiesta de las Chinas (siglo XIX): Encuentros en galpones coloniales donde se celebraba con vino nuevo, música y disputas por las mujeres más bellas. Primeras fiestas institucionales 1913: En el marco del Congreso de la Industria y el Comercio, se realiza un desfile de vendimiadores y carrozas alegóricas. Es el primer intento de fiesta pública. 1936: Se institucionaliza la Fiesta de la Vendimia por iniciativa del gobernador Guillermo Cano y el ministro Frank Romero Day. Participan 25.000 personas en el Estadio de Gimnasia y Esgrima. Se corona a Delia Larrive Escudero, representante de Godoy Cruz, como primera Reina. 1937-1940: Se incorporan elementos clave como la Marcha de la Vendimia, el Carrusel, la Bendición de los Frutos y la Vía Blanca de las Reinas.
martes, 4 de marzo de 2025
lunes, 3 de marzo de 2025
1971 - En la intersección de San Isidro y Almirante Brown se encuentra la bodega de la Cooperativa Vitivinifrutícola de Productores de Rivadavia Limitada, que con el nombre "Copevit". Mendoza
Destinaba una parte del vino elaborado a la comercialización. Agrupaba a un total de 59 socios. El consejo de administración estaba presidido por el doctor Andrés Arnut y el señor Pedro Comeglio vicepresidente. En la secretaría se desempeña el señor Juan Luis Da Rold, y como prosecretario el señor Rodolfo E. Foscale, El señor Abdo Hom tiene a su cargo la tesorería, y la pro tesorería el señor Vicente Sánchez. Los consejeros titulares eran Pablo Comeglio y Angel Aristeo, y los suplentes Pastor Eduardo Bertolini, José Ernesto Prandina y Humberto Cassino. Síndico titular es el señor Aldo Comeglio y suplente Bartolomé Aristeo.
martes, 25 de febrero de 2025
viernes, 17 de enero de 2025
martes, 10 de diciembre de 2024
sábado, 9 de noviembre de 2024
miércoles, 6 de noviembre de 2024
domingo, 18 de agosto de 2024
Establecimiento Vitivinícola Santa Catalina. Copello, Siboldi y Cia. (1910) Departamento Trinidad, Provincia de San Juan
En el departamento Trinidad, en San Juan, se hallaba situado el establecimiento Santa Catalinas, de los señores Copello, Siboll y Cia. Ocupaba tres hectáreas. Don Juan Copello (padre), el fundador del establecimiento, implantó desde el primer momento todos aquellos servicios que debían ser la base esencial de una industria, que en la época en que él se iniciara en ella, ofrecía no pocas dificultades. El ejemplo de actividad e inteligencia que ello significaba, lo siguieron luego los señores Enrique Copello, Alberto Siboldi, Oscar Copello y Osvaldo Copello, girando la casa bajo el rubro de Copello, Siboldi y Cía. La marcha regular de los negocios del establecimiento, sos atendidan en la casa central y en los escritorios ubicados en la calle Castelli 352, en Buenos Aires. Los productos de la bodega del establecimiento Santa Catalinas estaban reputados entre los entendidos como de los mejores que se producían en el país. El establecimiento producía los vinos tinto y Blanco, HOJA DE PARRA y SANTA CATALINA
miércoles, 7 de agosto de 2024
lunes, 5 de agosto de 2024
Sección Prensas, Establecimiento Vinícola de los Señores Erice Hnos. Estaba ubicada en calle Perito Moreno (ocupaba un cuarto de Manzana) de Godoy Cruz. Provincia de Mendoza. Fundada en 1905
La diferencia entre un establecimiento vinícola y uno vitivinícola radica en el alcance de sus actividades:Establecimiento Vinícola: Se centra exclusivamente en la producción de vino. Esto incluye la fermentación de las uvas, la crianza del vino, y su embotellado. Establecimiento Vitivinícola: Abarca todo el proceso, desde el cultivo de la vid (viticultura) hasta la producción y comercialización del vino (enología). En otras palabras, un establecimiento vitivinícola se encarga tanto del cultivo de las uvas como de la elaboración del vino. En resumen, la vitivinicultura incluye tanto la viticultura como la vinicultura, mientras que la vinicultura se enfoca únicamente en la producción de vino.
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