El 12 de octubre de 1918, el gobierno de Hipólito Yrigoyen aprobó por decreto la Reforma Universitaria, dando respuesta a un movimiento estudiantil que venía gestándose desde 1917 y que estalló en la Universidad de Córdoba. Lo que comenzó como una huelga contra el autoritarismo académico se convirtió en una revolución educativa que transformó para siempre la enseñanza superior en Argentina y América Latina. Las universidades nacionales, controladas por el Estado y dominadas por sectores conservadores, eran espacios cerrados, elitistas y ajenos a la realidad social. Los estudiantes denunciaban designaciones políticas, profesores incompetentes, y un sistema que reprimía el pensamiento crítico. La muerte del joven Roberto A. Sánchez, tras ser reprobado injustamente, encendió la indignación y dio lugar a marchas, discursos y enfrentamientos que marcaron una época. El conflicto se intensificó con la designación del rector Antonio Nores, representante del tradicionalismo católico. Los estudiantes ocuparon los claustros, exigieron autonomía, concursos públicos, co-gobierno, y una universidad abierta a la clase media. En abril de 1918 fundaron la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el 21 de junio publicaron el célebre Manifiesto Liminar, redactado por Deodoro Roca, que proclamaba: “Nuestro régimen universitario es anacrónico… está fundado sobre una especie de derecho divino: el derecho divino del profesor universitario.” La Reforma fue finalmente reconocida por decreto el 12 de octubre, y la Universidad de Buenos Aires fue la primera en aplicar el co-gobierno estudiantil. Desde entonces, la Reforma Universitaria se convirtió en símbolo de lucha por la autonomía, la libertad de pensamiento y la democratización del conocimiento. #Córdoba1918 #ReformaYA #ManifiestoLiminar #CoGobierno #EducaciónLibre #Mendozantigua
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