El regalo galés que encantó a una futura reina: la casita de Windsor (1932)

En 1932, cuando la princesa Isabel tenía apenas seis años, el pueblo de Gales decidió obsequiarle un regalo único: una casita de juegos en miniatura, construida a escala infantil y con todos los detalles de una vivienda real. Bautizada en galés como Y Bwthyn Bach (“La Casita”), fue instalada en los jardines de Windsor Great Park, cerca del Royal Lodge, y se convirtió en uno de los objetos más entrañables de la infancia de la futura reina Isabel II. Diseñada por el arquitecto Edmund Willmott, la casita fue construida con materiales sobrantes de la remodelación del Hospital Llandough, y replicaba el estilo tradicional de las casas galesas, con techo de paja, ventanas simétricas y mobiliario funcional. Contaba con electricidad, agua corriente, cocina equipada, baño completo y dormitorio, todo adaptado a la escala de una niña. Durante décadas, fue utilizada por Isabel y su hermana la princesa Margarita, y más tarde por generaciones de niños reales. Restaurada en varias ocasiones, sigue siendo un símbolo de la intimidad doméstica de la monarquía británica, lejos del protocolo y la pompa. En la imagen se observa la fachada de la casita, con su techo de paja, tres ventanas superiores y una mujer en la puerta principal, rodeada por un jardín cuidado, un sendero circular y un pedestal decorativo. El cartel sobre la entrada dice “Toad Hall”, evocando el mundo literario de El viento en los sauces, obra favorita de la infancia real. La casita fue presentada oficialmente por el duque de York (futuro Jorge VI) en nombre del pueblo galés. En 2012 fue restaurada por artesanos británicos como parte de las celebraciones del Jubileo de Diamante de Isabel II. El nombre “Toad Hall” hace referencia a la residencia del personaje Mr. Toad, símbolo de travesura y fantasía.  #YBwthynBach #CasitaReal #InfanciaDeIsabelII #Windsor1932 #ToadHall #12Diciembre #RegaloDeGales #HistoriaMonárquica #mendozantigua