En esta foto puedes observar una rara tradición de la época victoriana: inmortalizar por última vez al familiar fallecido. La costumbre de inmortalizarse junto a los familiares muertos ha sido una tradición centenaria. ¡Algunas familias llegaban a preservar los restos de sus seres queridos y tardaban dos años en enterrarlos!
Se dice que lo hacían con el objetivo de que aquellos familiares que vivían lejos pudieran acudir a tomarse esa última foto con su ser querido.
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