Nacido en el País Vasco francés, con ascendencia parisina y madrileña por lo que se sentía tan francés como español. Con escasos conocimientos musicales a los 14 años fue admitido en el Conservatorio de París donde tuvo el honor de aprender de Gabriel Fauré. Cuando comprendió que no pasaría de ser un discreto pianista se concentró en la composición. Precozmente entregó su primera obra "Pavana para una infanta difunta", demostrando que el talento que le faltaba como pianista le sobraba como compositor. Pronto se lo conocía como un ingeniero de la magia musical, pese a ser un metodista, formal y académico, su música estaba plagada de misterio y magia. Pese a que sus composiciones eran magníficas, cuando escuchó "Prélude à l'après-midi d'un faune" de Claude Debussy se sintió disminuido y su obra se tiñó de impresionismo. Como costumbre del conservatorio, debía presentar una obra para el concurso "Premio de Roma", Ravel lo hizo en 4 oportunidades y nunca lo obtuvo. No necesitaba el reconocimiento oficial, su talento le bastaba para ser respetado y reconocido. El resultado de su obsesión por la perfección fueron "Jeux d’eau", "Cuarteto en Fa Mayor", "Melodías de Shéhérazade", "Rapsodia española" y "Gaspard de la nuit". Sus escasos fracasos estaban mas emparentados a la incomprensión del público que a la calidad de las mismas. Al estallar la primera guerra mundial Ravel intentó enrolarse en el ejército francés pero fue rechazado por su baja estatura. Se sentía inútil al no poder defender a su patria, se obsesionó a tal punto que iba todos los días a la oficina de reclutamiento para ver si algún oficial nuevo no lo rechazaba. Viendo su insistencia se le permitió reclutarse como chofer y se lo envió al frente participando en la batalla de Verdún. Una peritonitis truncó su participación en la guerra y regresó a su hogar. En honor a sus compañeros de armas caídos en combate compuso "Le Tombeau de Couperin". Los años '20 traerían el reconocimiento internacional, giras por América y la admiración de sus pares. En 1927 la célebre bailarina y coreógrafa Ida Rubinstein le encarga un ballet de carácter español para el cual el músico adoptó una antigua danza andaluza: el bolero. Pese a ser corta y con pasajes muy repetitivos tenía una contundencia que la hicieron su obra cumbre. Durante su estreno una mujer se puso de pie al grito de "-loco, loco, loco", Ravel se dio vuelta y le dijo a su hermano "-ella la entendió". En 1932 sufre un accidente en un taxi en el que sufrió un severo golpe en la cabeza. No se sabe si fue la causa o el detonante, pero Ravel comenzó a tener trastornos neurológicos. Sus desórdenes en la escritura, la motricidad y el lenguaje truncaron su carrera musical. Todo el mundo sabía que estaba trabajando en una ópera inspirada en Juana de Arco, pero lejos de ser un sueño, fue una pesadilla. En 1933 declaró "-Nunca terminaré mi Jeanne d'Arc, esta ópera está allí, en mi cabeza, la oigo pero no la escribiré jamás, se acabó, ya no puedo escribir mi música.". Ravel murió el 28 de diciembre de 1937 luego de una desesperada intervención quirúrgica para intentar reparar el daño en su cerebro.
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