🚴‍♀️🚴‍♂️ En una escena que parece sacada de una postal de lujo eduardiano, un hombre y una mujer ejercitaban en máquinas de ciclismo estático dentro del gimnasio de primera clase del RMS Titanic, alrededor de 1911, durante sus pruebas previas al viaje inaugural.

🏋️‍♂️ El gimnasio más moderno de su época: Ubicado en la Cubierta A, el gimnasio estaba reservado exclusivamente para pasajeros de primera clase. Contaba con bicicletas estáticas, máquinas de remo, cintas de correr manuales y pesas, todo supervisado por un instructor profesional vestido con uniforme blanco. El espacio estaba diseñado para simular el ejercicio al aire libre, con ventanales amplios que ofrecían vistas al mar y permitían la entrada de luz natural. Una experiencia social y saludable. Hombres y mujeres podían ejercitarse en horarios separados, aunque en ocasiones se permitía compartir el espacio, como en la imagen. Para muchos pasajeros, el gimnasio no era solo un lugar para mantenerse en forma, sino también una actividad social elegante, parte del estilo de vida refinado a bordo. 🛳️ Era un símbolo del lujo flotante. El Titanic fue pionero en incluir instalaciones deportivas como piscina climatizada, cancha de squash y gimnasio, algo inusual en los barcos de la época. Estas comodidades reflejaban el ideal de bienestar físico que comenzaba a ganar popularidad entre las clases altas europeas y norteamericanas. Esa imagen de dos personas pedaleando en medio del océano, rodeadas de mármol y madera pulida, es un testimonio de cómo el Titanic combinaba tecnología, lujo y modernidad... justo antes de convertirse en leyenda.