jueves, 17 de julio de 2025

Imagen a mediados de la década de 1950.🏔️ Machu Picchu, la joya arqueológica del Perú, es mucho más que una ciudadela inca: es un símbolo de ingeniería, espiritualidad y misterio enclavado en las alturas de los Andes. Su historia combina hazañas imperiales, abandono silencioso y redescubrimiento moderno.


Fue edificada en el siglo XV por orden del Inca Pachacútec, tras su victoria sobre los Chancas, como parte de la expansión del Tahuantinsuyo. Se cree que funcionó como residencia real temporal, centro ceremonial y observatorio astronómico, rodeado de terrazas agrícolas y templos. Su ubicación estratégica —entre las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu— permitía control territorial, aislamiento y defensa natural. Construida con granito blanco, sin argamasa, usando técnicas de encaje perfecto que resisten terremotos. Destacan el Templo del Sol, el Intihuatana (reloj solar), el Templo de las Tres Ventanas y el Templo del Cóndor. La ciudadela incluye más de 200 estructuras, con canales de riego, escalinatas, plazas y sectores diferenciados: agrícola, residencial y ceremonial. Fue abandonada en el siglo XVI, posiblemente por epidemias, conflictos internos o por decisión estratégica tras la conquista española. Al estar oculta por la vegetación y alejada de rutas coloniales, no fue destruida por los conquistadores. Aunque Agustín Lizárraga llegó en 1902 y dejó su nombre grabado en una piedra, fue el estadounidense Hiram Bingham quien la dio a conocer al mundo en 1911, con apoyo de Yale y National Geographic. Bingham encontró el sitio habitado por campesinos y cubierto de maleza. Su expedición realizó excavaciones entre 1912 y 1915. En 1983, fue declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO. En 2007, fue elegida como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo Moderno. Hoy recibe más de 1.5 millones de visitantes al año, y enfrenta desafíos de conservación por el turismo masivo

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...