jueves, 24 de julio de 2025

📸 Una escena insólita y tierna: “Rock-a-bye-baby” con burro, ca. 1910


La imagen muestra a un hombre sentado en una silla de mimbre, con un pequeño burro en su regazo, como si fuera un bebé. Lleva sombrero de ala ancha y traje formal, mientras detrás se extiende un fondo pintado con árboles y senderos, típico de los estudios fotográficos de principios del siglo XX. En la esquina inferior derecha aparece el texto “ROCK-A-BYE-BABY”, una referencia humorística a la clásica canción de cuna. Esta fotografía probablemente fue tomada en Estados Unidos o Europa entre 1895 y 1915, cuando los estudios fotográficos ofrecían retratos escenificados con fondos pintados y poses teatrales. El uso de animales en retratos era poco común, pero no inaudito: los burros eran símbolos de ternura rural, trabajo humilde y, en algunos casos, comicidad. El título “Rock-a-bye-baby” sugiere una intención humorística, parodiando la idea de un padre meciendo a su hijo, pero con un burro en lugar de un bebé. Aunque en redes sociales se ha difundido la idea de que se trata del escritor Juan Ramón Jiménez con su famoso burro “Platero”, esto ha sido desmentido por la Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez. La imagen aparece en repositorios como Shutterstock, atribuida a Bill Manns, con fecha estimada de 1895, cuando Jiménez tenía apenas 14 años. El contraste entre la seriedad del hombre y la absurda ternura del burro genera una escena que mezcla afecto, ironía y teatralidad. El fondo pintado y la pose cuidadosamente compuesta indican que no fue una foto espontánea, sino parte de una puesta en escena fotográfica, quizás para una postal o recuerdo. Esta imagen es un ejemplo encantador de cómo la fotografía antigua podía jugar con los códigos del retrato formal para crear momentos de humor y ternura.

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