domingo, 20 de julio de 2025

📰 Una imagen que resume una revolución: La fotografía muestra a Mary Quant sentada en una mecedora, leyendo un periódico, con una minifalda y botas altas (1967)


Es una escena íntima, pero cargada de significado: ella no solo diseñaba moda, la encarnaba. El entorno doméstico —suelo de madera, lámpara, mesa auxiliar— contrasta con la audacia de su atuendo, subrayando cómo la minifalda irrumpía incluso en los espacios más tradicionales. En 1966, Quant presentó oficialmente la minifalda, aunque ya la lucía desde antes. La prenda se convirtió en símbolo del Swinging London y de la liberación femenina. Le puso el nombre “mini” en honor a su coche favorito, el Mini Cooper, que también representaba juventud, agilidad y modernidad. Quant decía que las chicas de la calle fueron las verdaderas creadoras de la minifalda: ella solo respondió a su deseo de acortar el dobladillo. La minifalda rompió con los códigos de decencia de la posguerra y celebró la autonomía femenina. Quant diseñaba ropa para bailar, correr, vivir. Su boutique Bazaar en King’s Road era un epicentro de creatividad juvenil5. En 1966, recibió la Orden del Imperio Británico… luciendo una minifalda, por supuesto.  Esta foto de 1967, publicada por UPI, no es solo un retrato: es una afirmación visual de que la diseñadora era su propia musa. Las piernas largas, la actitud relajada, el entorno cotidiano… todo comunica que la revolución de estilo ya estaba en marcha, y que Mary Quant la lideraba desde su propia sala.

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