domingo, 9 de noviembre de 2025

Los surtidores públicos de Mendoza, instalados a fines del siglo XIX para combatir el cólera, ofrecían agua potable gratuita en plazas y paseos urbanos, marcando un hito en la historia sanitaria y comunitaria de la ciudad.


A raíz de la epidemia de cólera de 1886, que azotó Mendoza con gran virulencia, el gobierno provincial impulsó la instalación de surtidores públicos —canillas de agua potable gratuita— como medida sanitaria urgente. Estos dispositivos permitieron el acceso seguro al agua en un contexto donde los pozos y acequias eran foco de contagio. Los surtidores fueron parte de una política de higiene urbana que buscaba democratizar el acceso al agua limpia, especialmente en sectores populares. Según el Departamento General de Irrigación, estos puntos de abastecimiento se convirtieron en espacios cotidianos de encuentro, donde vecinos llenaban sus recipientes para beber, cocinar o higienizarse. Durante las primeras décadas del siglo XX, funcionaron en lugares estratégicos del casco urbano: Plaza Cobo (hoy Plaza San Martín) San Nicolás y Loreto (actual Av. San Martín y Lavalle) Plaza Buenos Aires (hoy Plaza Sarmiento) La Alameda, entre Constitución y San Martín (actuales Beltrán y Alberdi) Extremo sur del paseo Alameda Con el tiempo, algunos surtidores fueron retirados, pero otros sobrevivieron como símbolos de la memoria hidráulica mendocina. Incluso hoy, en zonas como Maipú y Godoy Cruz, persiste la costumbre de hacer fila en surtidores públicos, bajo la creencia de que el agua proviene directamente de la montaña. #SurtidoresHistóricos #AguaYMemoria #Cólera1886 #MendozaSaludable #PlazasConHistoria #IrrigaciónPopular #AlamedaViva #SanMartínYPotabilidad #AguaDeLaMontaña #HigieneUrbana #mendozantigua 

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