por Pedro Pablo Magliola
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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sábado, 6 de febrero de 2021
Pedro Godoy mi tatarabuelo (1838-1917), previo a la llegada del ferrocarril Trasandino poseia puestos en la alta montaña y comerciaba arreando ganado caprino y vacuno a Chile, pasando gran parte del año en la cordillera. Ya de anciano se retiro a su casa en el departamento Las Heras donde posa en la foto.
viernes, 5 de febrero de 2021
5 de febrero de 1866: Tras una larga enfermedad que la postró más de un año, muere en la ciudad de Buenos Aires, a los 46 años, Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano, hija del prócer y de María de los Dolores Helguero.
El Hotel más antiguo, anterior incluso a la llegada del tren. El Hotel Las Cuevas, una posta para arrieros y galeras (carretas), posada para ingenieros del ferrocarril y para todo el que se aventurase a cruzar la cordillera. Una verdadera curiosidad. Fines S.XIX. Mendoza
Cada tanto se repite y repite. Y cada tanto tenemos que salir a decir que es una mentira. ¿A que me refiero? A la edulcorada fábula de los siete viejos Granaderos que recibieron los restos del General San Martín en 1880.
por Eduardo Javier Mundani Osuna
Primeramente tenemos que ponernos en situación.
El Cruce de los Andes aconteció entre los meses de enero y febrero de 1817. Y la llegada de los restos del General San Martín al país fue el 28 de mayo de 1880. Es decir que habían transcurrido SESENTA Y TRES AÑOS entre una fecha y la otra. La fábula dice que de la nada, aparecieron siete viejos Granaderos, montados, con sus raidos uniformes, y entraron a la Catedral de Buenos Aires e hicieron guardia toda la noche en la que fue velado el ataud con los restos del General, para desaparecer con las primeras luces del día siguiente. Hay variantes del cuento. Una de ellas dice que vivían en el barrio de San Telmo. Pero en sí no afecta el resultado del invento. Hagamos cuentas. Cualquiera de esos "supuestos" Granaderos, hubiera sido largamente, cuando menos, octogenario. En épocas (1880) en que la expectativa de vida rondaba los cincuenta años, hubiera sido notable. Y más notable sería que vinieran a Caballo e hicieran guardia toda una noche. ¡Ojalá uno llegara a la edad de esos siete con tanto vigor y energía! Por cierto, otro detalle. La fábula dice que vinieron con sus viejos y gastados uniformes. La pregunta es ¿cuáles uniformes? Porque el uniforme de San Lorenzo es distinto al del Cruce de los Andes, distinto al de la Expedición al Perú y distinto al que usaron en Ecuador. En el Perú era tanta la miseria que pasaron los Granaderos, que como no tenían ropa, usaron uniformes de unidades peruanas. ¡E incluso en el Ecuador usaron ponchos!. Sigamos. No hay, no existe, ninguna publicación contemporánea que nombre la aparición de esos siete viejos en andrajos. No hay fotos. No hay notas periodísticas. Y miren que para la época había diarios y revistas de gran alcance popular. En concreto, la prensa no los nombra. ¿No hubiera sido un noticion la aparición de los viejos Granaderos? ¿No hubiera sido una nota de tapa? . Sin embargo, nada. Es extraño pensar que ningún periodista se haya acercado al viejo de guardia y le haya preguntado:"Disculpe Don, ¿usted como se llama?". Y ojo, que el lugar donde hizo guardia, donde estaban velando los restos del General San Martín era en el Altar Mayor de la Catedral de Buenos Aires... Las ceremonias fueron fastuosas. El pueblo de la Ciudad de Buenos Aires recibió con verdadero amor a los restos del General. Hubo discursos de todo tipo. Homenajes varios. Todo muy documentado. Pero de los siete, ni noticias. Pero sí, hubo algunos viejos Granaderos que participaron de los actos. Pero no eran desconocidos, sino que fueron invitados especialmente a las Ceremonias. ¿Y saben porque? ¡Porque eran Tenientes Generales! Eustaquio Frías, Esteban Pedernera, Geronimo Espejo y Tomás de Iriarte estuvieron presentes e incluso brindaron discursos alusivos. Y para cerrar éstas lineas, doy mi opinión sobre el origen del mito de los siete. La carroza fúnebre que trajo desde el puerto a la Catedral los restos del Libertador era copia de la carroza que llevó a su última morada a Lord Wellington. Estaba tirada por dieciséis caballos negros. El 24 de mayo de 1880, cuatro días antes de la llegada de los restos del General, el Gobierno dispuso que OCHO SARGENTOS del Regimiento de Caballería Nro 1, se vistieran de Granaderos, y cumplieran las funciones de "palafreneros" de la Carroza Fúnebre del General (el palafrenero es el mozo que camina al lado del caballo, llevándolo del bocado y el freno). La orden del gobierno fue publicada en el Diario La República del 24/05/1880. Es decir que no eran siete, sino ocho, y tampoco eran Granaderos. Eran soldados disfrazados de Granaderos. ¿Se entiende?. Con ésto quiero dar por tierra con la burda fábula de los fabulosos siete Granaderos que hicieron guardia un lejano mayo de 1880. Es tan pero tan grande la Gloria del Regimiento de Granaderos a Caballo, que no es necesario inventar fábulas edulcoradas. Es sólo leer un poco de su historia para darse cuenta que no es necesario. Nota: Los Granaderos que hacen guardia son sólo dos. Sólo hay siete en la apertura y en el cierre de la Guardia en Catedral. En el resto del día, son cinco los que hacen el relevo cada dos horas de los efectivos apostados. Soy Granadero Reservista de la Sección Hípica del Escuadrón Riobamba del Regimiento de Granaderos a Caballo. Hice mi SMO en el RGC.
Catedral de Nuestra Señora de Loreto. Federico Moreno 1316. Mendoza. Principios Siglo XX
La Catedral de Nuestra Señora de Loreto está ubicada en Mendoza, Argentina. En ella preside el Arzobispo de Mendoza. En el pasado fue una capilla (siglo XIX). Posteriormente fue erigida como catedral interina en 1934.
jueves, 4 de febrero de 2021
Laguna del Inca. Provincia de Mendoza. Principios Siglo XX
Una Diligencia en la Ciudad de Mendoza. Principios Siglo XX.
El Alférez de Navío José María Sobral nació en Gualeguaychú el 14 de abril de 1880 y falleció el 14 de abril de 1961 en Buenos Aires cuando cumplía sus 81 años. Fue un explorador, militar y geólogo argentino.
por Guillermo Jose Sobral
Guillermo Sobral
Aspecto que presentaba la zona de las calles principales de la población la localidad de Laguna Larga, Río Segundo, durante la reciente inundación. — Habitantes de la población sirviéndose de todos los medios de traslado. (1919) Provincia de Córdoba
El chivo expiatorio del Titanic
Todavía no tengo una opinión formada sobre si nuestra condición de humanos es para sentirse orgullosos o para avergonzarnos. Mis dudas se basan en historias como la del hundimiento del RMS Titanic, que pese a ser consecuencia de una cadena de irresponsabilidades de altos funcionarios y tripulantes, se la atribuyan al pobre de Frederick Fleet, un simple vigía. El pobre Fleet tuvo una vida desgraciado desde que dio su primera bocanada de aire, sus padres lo abandonaron en un orfanato. Cuando cumplió 12 años su tutor de turno lo empezó a llevar a su trabajo, un remolcador del puerto de Liverpool. Fascinado por ese nuevo mundo, la verdad es que no conocía otro, decidió enlistarse en la marina mercante. En 1903 entra en la White Star Line donde lo asignan al puesto de vigía del RMS Oceanic, el transatlántico mas grande de esa época. Cuando el RMS Titanic estuvo listo, los 6 vigías del Oceanic fueron transferidos al nuevo rey de los mares, parecía un premio, pero terminó siendo un castigo. La noche del 14 de abril de 1912 en el helado mar del norte, Fleet y su compañero Reginald Lee relevaron a George Symons y Archie Jewell en la cofa del mástil de proa. Las instrucciones del segundo oficial Charles Lightoller era simple, mirar al frente atentos a la posible presencia de icebergs, tarea simple e imposible. La empresa no los proveyó de prismáticos, en una noche sin luna y con mar calmo era imposible ver uno hasta que fuera iluminado por los reflectores del barco. Y eso fue lo que pasó. Cuando Fleet lo divisó ya era tarde. Entre que llamó al puente de mando y estos le informaron al oficial a cargo William McMaster Murdoch, la maniobra evasiva fue mas un agravante que una solución. Cuando el Iceberg terminó de descoser al Titanic por debajo de la línea de flotación el capitán hizo detener el barco y los vigías ya no eran necesarios. Fleet fue puesto a cargo del bote salvavidas número 6 por lo que salvó su vida, nunca estuvo feliz por ello, sabía lo que vendría. Mientras duraban los juicios fue designado provisoriamente al RMS Olympic. Pero en agosto del mismo año fue despedido. Sirvió en la Marina Real Británica durante la Primera Guerra Mundial, trabajó para la Union-Castle Line y en los astilleros Harland & Wolff. Luego de servir nuevamente en la marina durante la Segunda Guerra Mundial ya no tenía energías para seguir, en todos los trabajos lo reconocían como el hombre que no vio el Iceberg. Intentó subsistir como vendedor de diarios hasta que quedó sumergido en la mas absoluta pobreza. La muerte de su esposa en diciembre de 1964 fue el golpe de gracia a su espíritu, Fleet se suicidó 2 semanas después. Su cuerpo fue a parar al cementerio de indigentes en Hollybrook, en Southampton. 30 años después la Sociedad Histórica del Titanic dio con su tumba y colocaron una placa recordatoria en su honor.
Fuente: Pequeñas Piezas de la Historia
miércoles, 3 de febrero de 2021
Tarjetas originales de la revista Don Quijote, que se publicó en Argentina entre 1884 y 1905.
El autor fue Eduardo Sojo, español él, asentado en nuestra tierra y también fuertemente censurado. Humor político era lo suyo.
Gentileza de Juan Chianelli
El señor C. E. Grier Presidente de la Sociedad de Socorros Mutuos de Mendoza del F.C Pacífico, leyendo un discurso al cumplirse 50 años de vida de la institución. (1941)
Aparecen en la fotografía, el Gobernador de Mendoza Doctor Adolfo Vicchi, el Minstro de Finanzas Doctor Federico J. Moyano, el Intendente de la Municipalidad de la Capital Señor José B. de San Martín, el Ingeniero Seccional Señor Eric Pilditch, el jefe de tráfico Señor Ernesto Hammar, el Gerente de la Sociedad Señor Pascual Pirani y otras personas.
El embajador de la muerte
Cuantas veces hemos conocido a alguien cuya salud es el índice de una enciclopedia médica y pensamos 'Eso no es vida'. La muerte digna no es una reflexión de nuestra era, ya Platón hace 2.400 años decía 'Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo'. Tácito, Séneca, Epícteto, Marco Aurelio y Cicerón mantuvieron el tema en consideración y sin generar polémica alguna. Es que en un principio estaba mas asociado al suicidio y el cristianismo no lo condenaba. En el siglo IV después del Concilio de Nicea dejó de caerles simpático. Es que algunos apurados con problemas terrenales empezaron a matarse para acceder al paraíso. Con la iglesia en contra, como dice 'Les Luthiers' por intentar suicidarte te podían sentenciar a muerte. Hubo que esperar mil años hasta que el tema fue retomado por Tomas Moro que además le puso nombre, 'Eutanasia'. Término griego combinado, 'eu' (buena) y 'Thanatos' (Muerte). Gracias a 'Hipócrates', los médicos juran 'No llevar otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, y no usar su conocimiento para matar, incluso bajo requerimiento del paciente'. Pero un día apareció un tal Jack Kevorkian y todo se puso de cabeza. Se hizo conocido enarbolando sólidos argumentos en favor de la eutanasia y con un lema, 'Morir no es un crimen'. Nunca ocultó su práctica y desde el principio diseñó un estricto método de selección. Solo aceptaba pacientes terminales o con patologías que implicaran un dolor físico comprobable. Debía asistir con un familiar directo que corroborara la condición y decisión del paciente. Esto llevaba a que casi el 98% de las solicitudes fueran rechazadas. El procedimiento en realidad se parecía más a un suicidio asistido. En presencia de testigos y de una cámara, el paciente relataba el deseo de acabar con su vida y Kevorkian preparaba las drogas para que se las auto administre. La justicia de los EEUU comenzó a acusarlo de homicidio pero los casos caían de inmediato. Los vacíos legales y los videos eran suficientes para quedar en libertar. Sus procedimientos aumentaban y la presión popular también, pero las asociaciones que lo acusaban cometieron un error imperdonable. En el texto de una acusación citaron que es la voluntad de Dios cuando una vida debe terminar. Se la sirvieron en bandeja y la audiencia solo duró 5 minutos. Kevorkian, recordó una cita de David Hume, un filósofo del siglo XVIII que decía 'Si el disponer de la vida humana fuera algo reservado exclusivamente al todopoderoso, tan criminal sería un hombre que actuara para conservarla como el que decidiese destruirla'. Cuando ya llevaba decenas de procedimientos le encontraron una grieta legal, no hacía una evaluación psicológica que certificara que el paciente estaba en condiciones mentales de tomar esa decisión. Punto para la justicia, si bien no fue a la cárcel le revocaron su licencia médica. Pero Kevorkian no se rindió y siguió suicidando gente, ahora administrando monóxido de carbono por medio de mascarillas. La justicia no lo podía doblegar y hasta tenía cierto apoyo popular, esa sensación de invulnerabilidad lo llevó a meter la pata. Creyó que el caso de su paciente Thomas Youk ayudaría a su causa y accedió a mostrar el video en el programa '60 minutos'. Al principio venía bien, un desahuciado y abatido Youk suplicaba terminar con su calvario. Pero de repente y frente a 25 millones de espectadores se ve a Kevorkian aplicando inyecciones de analgésicos y relajantes musculares a Youk. Lo abrocharon por ejercer la medicina con su matrícula revocada. Tan seguro estaba de tener la razón que sin conocimientos legales pidió ejercer él mismo su defensa. Ante el alegato de la fiscalía que lo comparaba con los nazis y su genocidio disfrazado de 'eutanasia', Kevorkian explotó de ira y perdió la compostura. No fue lo único que perdió, perdió el juicio y su libertad. Después de 8 años a la sombra salió de la cárcel en 2007. Su vida se apagó sin ayuda en 2011. Sus argumentos y las declaraciones de los familiares de los 130 pacientes que ayudó a morir hicieron que en decenas de países del mundo la eutanasia sea legal y regulada.