El 9 de Junio de 1956, el General Juan José Valle encabezó una rebelión contra la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu que fue sofocada y derivó en 27 fusilamientos de civiles y militares, entre ellos los conocidos como la masacre de José León Suarez.(EH)

El golpe que derrocó a Juan Domingo Perón colocó en la presidencia a Eduardo Lonardi, pero acusado "blando" 2 meses después fue desplazado por Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas, que suprimieron las libertades constitucionales e iniciaron la persecución y proscripción del peronismo. Juan José Valle planeó una rebelión cívico militar para devolver el gobierno a Perón con el compromiso de llamar a elecciones, pero infiltrados descubrieron el movimiento. Aramburu decidió no impedirlo, pero dejó redactados los decretos de Ley Marcial y pena de muerte con carácter de retroactividad. El 9 de Junio diversos alzamientos y copamientos de guarniciones fueron rápidamente sofocados y se produjeron decenas de detenciones. Los 12 civiles detenidos en san Martín fueron llevados a los basurales de José León Suarez donde fueron fusilados, 5 murieron y 7 lograron escapar. Los 22 militares detenidos fueron sometidos a un juicio sumario militar que determinó su reclusión pero descartaba su fusilamiento. Aramburu llamó al general Juan Carlos Lorio, a cargo del sumario para que los fusilara, este se negó a menos que la orden llegara por escrito. Aramburu elaboró la lista y la remitió a Lorio, única vez en la historia Argentina que se dio esa orden por escrito, este procedió a pasar por las armas a los detenidos. Valle, refugiado en la casa de un amigo, decidió que por ser el cabecilla debía entregarse, negoció con el capitán Francisco Manrique, quien intercedió con Aramburu para esquivar la pena de muerte. Juan José Valle se entregó pero rápidamente se enteró que Aramburu no cumpliría su palabra y fue fusilado el 12 de Junio en la Penitenciaría Nacional de la Ciudad de Buenos Aires, donde hoy se encuentra el Parque Las Heras. El fusilamiento de Valle no fue registrado en los libros del ejército hasta 1957. El fusilamiento de los civiles pudo ser reconstruido gracias al testimonio de Carlos Livraga, uno de los sobrevivientes y fue magistralmente relatado en el libro de Rodolfo Walsh "Operación Masacre".