Doctor Caligniana Segura. Gobernador de Mendoza (1904-1907) e Isabel López de Caligniana Segura.

Fue electo gobernador el 23 de diciembre de 1903 por triunfo electoral de la fórmula que completaba como candidato a vicegobernador el Dr. Conrado Céspedes, el Dr. Carlos Galigniana Segura asumió la primera magistratura provincial el 6 de marzo de 1904. Le correspondió pues, afrontar los acontecimientos revolucionarios de 1905, que en Mendoza estallaron en la madrugada del 4 de febrero y asumieron las características de una enconada y sangrienta lucha, El Dr. Galigniana Segura cumplió una intervención personal directa en la heroica resistencia, opuesta a la sublevación de las tropas nacionales, con el apoyo de un grupo de de soldados del regimiento de cazadores, comandados por el teniente Basilio Pertiné, efectivos del cuerpo de guardiacárceles a las órdenes del mayor José Rodríguez y personal de la policía bajo la jefatura del mayor Octavio Fernández. El gobernador sólo se rindió cuando, agotadas las municiones del pequeño contingente integrado por 41 vigilantes que lo rodeaba y ante el intenso bombardeo de la artillería de montaña que cañoneaba la Casa de Gobierno y la aduana de la plaza Cobo, hubo de acatar el ultimátum del jefe revolucionario, Dr. José Néstor Lencinas. Nos hemos referido a ese acontecimiento y a la conducta del gobernante en la emergencia, para destacar las recias condiciones viriles y ciudadanas de un hombre que por lo demás nos ha legado la imagen de un verdadero "gentleman'' de refinada cultura y modales señoriales y del que se ha escrito que era "un hombre jovial, expansivo y amable,con un extraordinario don de gentes". En cuanto al juicio histórico que corresponde a aquella actitud, nada más definitivo que el decreto del 22 de febrero de 1922, dictado por gobernantes surgidos de la agrupación política responsable del golpe revolucionario de 1905, que contiene un explícito y elocuente homenaje a la personalidad y la obra de Galigniana Segura. Distinguido hombre de leyes, le cupo descollante actuación como ministro provincial durante el gobierno de Elías Villanueva, y logró destacarse netamente por sus méritos de estadista y orador como diputado nacional desde 1907 a 1914, período en que participó en célebres debates y conquistó para nuestra provincia la sanción de diversas leyes de positivo beneficio. Fue, particularmente, enérgico propulsor del progreso agrícola de Mendoza, al que contribuyó incluso personalmente mediante una Intensa dedicación a las tareas rurales cuando se apartó de las funciones de gobierno. Por cierto, no cabe en esta breve y apresurada reseña la posibilidad de un esbozo biográfico integral. Nos limita-remos pues a señalar en la oportunidad que la gobernación del Dr. Galigniana Segura, continuando sin otras conmociones tras su reposición ante el fracaso de la revolución de 1905, se caracteriza por las múltiples realizaciones logradas en beneficio de la provincia, sobre todo en materia de obras públicas y educación, Con la colaboración de sus sucesivos ministros Meliton Arroyo, Marcos M. Flores, Juan M. Contreras, Alfredo Amaya, Arturo A. Jardel y Emilio Jofré-este último tambiến extraordinario director general de Escuelas- logró regularizar el funcionamiento de la enseñanza y aumentar considerablemente el número de escuelas y de maestros, normalizar la administración de las municipalidades, afianzar la marcha regular de la repartición policial, acrecentar la defensa de la salud pública, contratar el servicio de agua potable en la provincia y la construcción de cloacas domiciliarias.obtener la sanción de la ley de descanso dominical, concretar una lucha efectiva contra el azote de la langosta, terminar la construcción del hospital Provincial y habilitar la nueva Cárcel Penitenciaria, realizar un extenso plan de obras de desagüe en Las Heras, Lavalle y otros departamentos, ejecutar obras de defensa contra los aluviones, concluir la canalización del actual Cacique Guaymallén, trazar una vasta red de caminos provinciales, iniciar la transformación edilicia de nuestra ciudad mediante el adoquinado de sus calles, etc.