miércoles, 5 de noviembre de 2025

🚖 1968: El Caburé, el taxi argentino con mirada de ave — diseño industrial, identidad popular y legado mecánico


El Rastrojero T-63 “Caburé” marcó un giro audaz en la historia del automóvil argentino, combinando ingeniería nacional, estética europea y funcionalidad urbana. Fabricado por la Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas (DINFIA), este modelo fue pensado para flotas de trabajo, especialmente taxis, y se convirtió en un ícono de la movilidad popular en los años 70. En 1968, los Rastrojeros abandonaron el diseño “Carucita” para adoptar el nuevo estilo “Caburé”, apodo inspirado en sus faros triangulares, que recordaban la mirada penetrante del caburé, un pequeño búho del Cono Sur. El rediseño fue obra de ingenieros italianos contratados por IME, y se inspiró en modelos como el Fiat 1800 y 2100, con líneas más modernas y aerodinámicas. El Rastrojero Conosur fue una adaptación del clásico Rastrojero Diesel, transformado en un sedán de cuatro puertas para uso intensivo en servicios públicos y transporte urbano. La parte delantera conservaba el diseño de la camioneta original, pero desde el parabrisas hacia atrás se trataba de una carrocería completamente nueva. Las tapas de baúl provenían de los Torinos modificados por Lutteral, empresa que fabricaba versiones como el Torino Comahue, lo que demuestra la reutilización creativa de componentes industriales. Motor: Indenor XD 4.88, ciclo Diesel, válvulas a la cabeza, árbol de levas lateral. Cilindrada: 1946 cm³. Potencia: 60 HP (DIN). Consumo: 1 litro de gasoil cada 10 km Producción: 1974–1979, año en que se cerró la línea Rastrojero y toda la producción de IME. El Caburé fue más que un taxi: fue símbolo de trabajo, resistencia y diseño nacional, y circuló por calles de todo el país durante más de una década. Hoy es objeto de culto entre coleccionistas y restauradores, y forma parte del patrimonio industrial argentino. #Scroll1968, #CaburéTaxi, #RastrojeroConosur, #DiseñoPopular, #MemoriaMecánica. #mendozantigua. El Rastrojero T-63 “Caburé” no tenía un color único: se fabricó en varios tonos, aunque los más comunes fueron el gris claro, verde oliva, amarillo pálido y rojo oscuro, todos con acabado mate o satinado. Estos colores respondían a criterios funcionales más que estéticos, ya que el Caburé estaba destinado principalmente a flotas de trabajo y taxis, donde la visibilidad, durabilidad y facilidad de mantenimiento eran clave. A diferencia de los autos de lujo de la época, no se ofrecía una paleta amplia ni opciones personalizadas, y los colores eran definidos por la IME (Industrias Mecánicas del Estado) según disponibilidad de pintura industrial y uso previsto.

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