El Día Internacional contra el Fracking se celebra cada 11 de octubre. Fue establecido en 2012 por la Red Global contra el Fracking para concientizar a la población mundial sobre los graves daños ambientales y sociales que provoca esta práctica. El fracking, o fractura hidráulica, es un método para extraer gas y petróleo de formaciones rocosas subterráneas. Para ello, se inyectan a alta presión grandes cantidades de agua, arena y productos químicos en la tierra. Este proceso provoca fracturas en las capas de roca y libera los combustibles fósiles atrapados. Las organizaciones ecologistas y los activistas advierten sobre los múltiples riesgos asociados al fracking. La inyección de productos químicos y el posterior retorno de aguas residuales pueden contaminar los acuíferos y las fuentes de agua potable. Los químicos utilizados pueden ser perjudiciales para la salud humana y animal. La extracción de combustibles fósiles, como el gas de esquisto, contribuye al cambio climático. La inyección de fluidos en el subsuelo puede provocar pequeños terremotos. El desarrollo de la infraestructura del fracking puede afectar a los ecosistemas locales.
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