sábado, 20 de septiembre de 2025

🚗 Automóviles pioneros: cuando la gravedad decidía el rumbo


Los primeros coches, como el Ford T o el Benz Patent-Motorwagen, utilizaban un sistema de alimentación por gravedad para llevar el combustible desde el tanque al carburador. El tanque de gasolina se ubicaba por encima del motor, permitiendo que el líquido descendiera por su propio peso. Este sistema funcionaba bien en terreno plano, pero en subidas pronunciadas, el flujo se interrumpía, provocando que el motor se calara o directamente no arrancara. Para superar las cuestas, los conductores recurrían a estrategias como: Subir en reversa, colocando el tanque en posición más alta respecto al carburador. Tomar impulso desde lejos y subir lo más rápido posible antes de perder presión. En casos extremos, empujar el vehículo, como se ve en la imagen, con ayuda de pasajeros o transeúntes. A partir de la década de 1920, se incorporaron bombas mecánicas que permitían una alimentación más estable, independientemente de la inclinación del terreno. Más adelante, llegaron las bombas eléctricas y los sistemas de inyección electrónica, que eliminaron por completo este problema. 📷 La imagen, con tres personas empujando un coche de diseño abierto y ruedas de rayos, probablemente corresponde a las primeras décadas del siglo XX. Refleja no solo los desafíos técnicos, sino también el espíritu pionero de quienes adoptaban el automóvil como símbolo de modernidad, aun cuando requería esfuerzo físico y creatividad para hacerlo funcionar.

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