Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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sábado, 27 de mayo de 2017
🏖️ Agua salada y alegría suspendida. Bañistas en el lago Epecuen, provincia de Buenos Aires, 1938.
En 1938, el lago Epecuén era refugio estival y postal viva de la provincia de Buenos Aires. Bañistas de traje entero se sumergían en sus aguas salinas, famosas por sus propiedades terapéuticas, mientras la arquitectura de madera y los pabellones hexagonales ofrecían sombra y encuentro. Entre risas, poses y reflejos, la escena captura una Argentina que celebraba el cuerpo, el paisaje y el rito social del verano. #EpecuénVivo #VeranoAntiguo #MemoriaSalina #Mendozantigua
viernes, 26 de mayo de 2017
🏞️ Uspallata 1950: Silencio Cordillerano y Ruta de Historia. Mendoza - Argentina
En el año 1950, el Valle de Uspallata se desplegaba como un paraje de belleza agreste y profunda memoria en el departamento de Las Heras, Mendoza. Rodeado por la imponente cordillera frontal y surcado por los arroyos San Alberto y Uspallata, este valle fue mucho más que un paisaje: era cruce de caminos, refugio de viajeros y escenario de gestas históricas. Desde tiempos prehispánicos, el valle fue habitado por pueblos originarios que dejaron huellas en tambos y senderos. En 1817, fue paso clave del Ejército de los Andes en su campaña libertadora hacia Chile. Ya en el siglo XX, Uspallata se afirmaba como estación del Ferrocarril Trasandino y punto estratégico en la Ruta Nacional 7, conectando Mendoza con el cruce internacional de Los Libertadores. En 1950, el valle conservaba su ritmo pausado, con casonas dispersas, puentes de piedra, y una economía basada en la minería, la ganadería y el turismo incipiente. El aire seco, la altitud (más de 2.000 m s.n.m.) y el silencio de la montaña hacían de Uspallata un lugar de contemplación y tránsito, donde la historia parecía susurrar entre los álamos y los cerros. #Uspallata1950 #ValleAndino #RutaDeLosAndes #MendozaHistórica #SilencioCordillerano #LasHeras #PasadoVivo #mendozantigua
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Década de 1950
Mendoza, Argentina
Uspallata, Mendoza, Argentina
🌍 Mecánica celeste en tiempo de sombreros, Antonio Liquindoli año 1911.
En 1911, el señor Antonio Liquindoli presenta su maqueta planetaria: un artefacto didáctico que modela los movimientos astronómicos con precisión artesanal. En plena era de descubrimientos y divulgación científica, su aparato—suspendido entre alambres y órbitas—convoca curiosidad y asombro en salones de piso damero. Una escena donde la ciencia se vuelve espectáculo, y el cosmos cabe en una esfera suspendida. #MaquetaCeleste #CienciaAntigua #OrbitalesHumanos #Mendozantigua
🏔️ Villavicencio 1950: Lujo Termal en las Alturas Mendocinas
Enclavado a 1.750 metros sobre el nivel del mar, el Hotel Termas de Villavicencio fue en 1950 un ícono del turismo de montaña en Mendoza. Ubicado en el departamento de Las Heras, este elegante complejo de estilo normando ofrecía una experiencia única: aguas termales en cada habitación, salones de té, comedor, juegos infantiles y hasta una orquesta en vivo. Construido en 1940 por iniciativa de Ángel Velaz, el hotel se convirtió en refugio de la alta sociedad argentina, rodeado por los cerros y la vegetación de lo que hoy es la Reserva Natural Villavicencio. Su arquitectura alpina, con techos inclinados, balcones de madera y muros encalados, evocaba paisajes europeos en pleno corazón cuyano. Además de su función turística, el hotel era punto de encuentro para mendocinos que subían a almorzar, tomar el té o disfrutar de sus instalaciones. En sus pasillos se mezclaban viajeros, artistas y curiosos, mientras la etiqueta del agua mineral Villavicencio comenzaba a llevar su imagen a todo el país. Hoy, aunque cerrado desde fines de los años ’70, el edificio permanece como monumento histórico y símbolo de una época dorada del turismo termal argentino. #Villavicencio1950 #HotelDeMontaña #LujoTermal #MendozaHistórica #LasHeras #AguasQueCuran #RefugioAlpino #mendozantigua
🪖 Martina Céspedes: La Trampa Criolla en San Telmo
En la histórica calle Humberto I al 351 —hoy numerada como 355— se encontraba la pulpería y vivienda de Martina Céspedes, una viuda porteña que, junto a sus tres hijas, protagonizó uno de los episodios más audaces de la resistencia popular durante las invasiones inglesas. El 5 de julio de 1807, en plena segunda incursión británica, soldados del Regimiento 45 avanzaban por San Telmo buscando provisiones. Sedientos, comenzaron a ingresar de a uno en la pulpería de Martina, atraídos por la promesa de aguardiente. Lo que no sabían era que cada uno sería reducido, atado y encerrado por las mujeres en una habitación interior. Así capturaron a doce soldados ingleses, que luego fueron entregados al virrey Liniers. En reconocimiento, Martina fue nombrada Sargento Mayor del Ejército con goce de sueldo y uniforme. Su casa, ubicada frente a la iglesia de San Pedro Telmo, fue demolida en 1938, pero su hazaña quedó grabada en la memoria colectiva como símbolo de coraje femenino y astucia criolla. #MartinaCéspedes #SanTelmo1807 #HeroínaCriolla #InvasionesInglesas #PulperíaConTrampa #BuenosAiresHistórico #HumbertoI355 #Mendozantigua. Crédito Fotográfico: Archivo General de la Nación
Campo Histórico El Plumerillo (1950): donde la libertad se entrenaba en silencio. Las Heras - Mendoza - Argentina
En 1950, la entrada al Campo Histórico El Plumerillo, ubicado en el departamento de Las Heras, Mendoza, conservaba aún el aura silenciosa de uno de los sitios más emblemáticos de la gesta libertadora. Allí, entre galpones de adobe y techos de espadaña, se había formado el Ejército de los Andes, bajo la dirección estratégica de José de San Martín, para emprender la campaña emancipadora hacia Chile y Perú. El campo fue diseñado por el ingeniero Álvarez Condarco, con sectores específicos para tropas, oficiales, cocinas, talleres y depósitos de armas. En ese terreno se entrenaron más de 5.000 soldados, se fabricaron uniformes, se fundieron balas con metales traídos de la montaña, y se tejió una red de logística que incluía baqueanos, herreros, médicos y mujeres patriotas como Remedios de Escalada y Margarita Corvalán. En 1950, el sitio comenzaba a ser reconocido como patrimonio histórico nacional, y se impulsaban iniciativas para su preservación. La entrada, con sus cañones montados y pilares de piedra, se convirtió en símbolo de memoria, evocando no solo la estrategia militar sino también el espíritu colectivo que dio forma a la independencia sudamericana. Hoy, El Plumerillo es más que un campo de instrucción: es un santuario de la libertad, donde cada piedra guarda el eco de marchas, promesas y sacrificios. — #ElPlumerillo1950, #SanMartínVive, #LasHerasHistórica, #ArchivoLibertador, #CunaDelEjército #Mendozantigua
🏟️ Muni 1936: Deporte, Comunidad y Ciudadanía en Núñez
En 1936, el Club Ciudad de Buenos Aires —popularmente conocido como “Muni”— ya se consolidaba como un espacio clave para el deporte y la vida social porteña. Fundado en 1920 como parte de una iniciativa municipal para fomentar la actividad física y la integración vecinal, el club se ubicaba en el barrio de Núñez, sobre la Avenida del Libertador. Durante la década del ’30, Muni ofrecía instalaciones para múltiples disciplinas: atletismo, natación, tenis, básquet, fútbol y gimnasia. Era un punto de encuentro para familias, jóvenes y trabajadores, en una ciudad que crecía y se modernizaba. Su vínculo con la Municipalidad de Buenos Aires le otorgaba un carácter público y accesible, convirtiéndolo en símbolo de inclusión urbana. Además de su rol deportivo, el club funcionaba como espacio cultural y recreativo, con eventos sociales, festivales y actividades comunitarias. En tiempos de transformación urbana, Muni representaba una visión de ciudadanía activa, saludable y participativa. #Muni1936 #ClubCiudad #DeporteYComunidad #NúñezHistórico #BuenosAiresActiva #MemoriaUrbana #PasadoVivo #Mendozantigua
jueves, 25 de mayo de 2017
Doble Malargüe 1948: motores, polvo y gloria frente a la Mina Minacar. Mendoza
En mayo de 1948, el rugido de los motores sacudió la cordillera mendocina con la largada del Gran Premio Doble Malargüe, una competencia de Turismo Carretera que marcó época. Frente a la imponente Mina Minacar, los autos participantes se alineaban en formación, listos para enfrentar caminos de tierra, polvo y riesgo. La escena era imponente: máquinas relucientes, pilotos concentrados y público expectante en plena montaña. La prueba fue organizada por el Club Volantes Unidos de Malargüe, con apoyo del Automóvil Club Argentino San Rafael, en homenaje a la extracción de 300.000 toneladas de asfaltita en el establecimiento minero. Participaron figuras destacadas del automovilismo regional como Domingo Marimón, Pablo Gulle, Nazar Bittar y Argentino Salomón, entre otros, a bordo de Chevrolets, Dodges y Fords que desafiaban los límites de la mecánica y la geografía. La carrera se dividió en dos etapas: Malargüe–San Rafael y el regreso, con tramos que incluían la Cuesta de los Terneros y el paso por Cuadro Benegas. El promedio de velocidad alcanzado por los ganadores fue de 116 km/h, notable para caminos mayormente de tierra. El evento también dejó huellas trágicas, como el accidente que costó la vida al joven piloto Nazar Bittar, recordado con respeto en la historia del TC. La Doble Malargüe no fue solo una carrera: fue un ritual de coraje, comunidad y homenaje al trabajo minero. Hoy, esa imagen de los autos alineados frente a Minacar sigue viva en los archivos y en la memoria de los caminos abiertos por la pasión. — #DobleMalargüe, #TC1948, #VolantesUnidos, #ArchivoDeRuta, #MinacarHistórica #Mendozantigua
Vallecitos 1950: esquí entre refugios, nieves eternas y pioneros mendocinos
En la década de 1950, Vallecitos se consolidaba como uno de los primeros centros de deportes invernales de Mendoza, atrayendo a esquiadores, montañistas y aventureros que buscaban deslizarse entre las cumbres del Cordón del Plata. A más de 3.200 metros sobre el nivel del mar, las pistas de San Antonio y San Bernardo ofrecían un terreno ideal para la práctica del esquí alpino, de fondo y de travesía. El área contaba con refugios estratégicamente ubicados —como el histórico Refugio San Bernardo, aún visible en registros fotográficos— que servían de abrigo y punto de encuentro para los deportistas. Las condiciones eran rústicas pero desafiantes: nieve virgen, equipos básicos y una comunidad pionera que trazaba huellas donde no había infraestructura. Vallecitos, también conocido como Valles del Plata, se encuentra a unos 80 km de la ciudad de Mendoza y fue durante décadas una escuela natural de deportes blancos. Su cercanía a la capital provincial lo convirtió en un destino accesible para quienes querían iniciarse en el esquí sin viajar al sur del país. Hoy, el legado de aquellas primeras temporadas vive en la memoria de los refugios, las fotografías de época y las historias de quienes abrieron camino en la nieve mendocina. Vallecitos no solo fue deporte: fue paisaje, esfuerzo y comunidad. — #Vallecitos1950, #EsquíAndino, #SanBernardo, #ArchivoNevado, #MendozaInvernal #Mendozantigua
Paraguas en 1810: lujo importado bajo la lluvia de la Revolución
Aunque las ilustraciones escolares del 25 de Mayo de 1810 suelen mostrar una multitud frente al Cabildo con paraguas abiertos, la realidad era muy distinta. Los paraguas existían, sí, pero eran objetos raros, costosos y poco funcionales. Importados desde Europa, estaban hechos de seda, marfil o madera, y su tamaño reducido apenas ofrecía protección. Además, no eran impermeables como los actuales: más que resguardar de la lluvia, eran símbolo de estatus. Solo los sectores acomodados podían acceder a ellos, mientras que la mayoría del pueblo se cubría con capas enceradas, ponchos o sombreros. En los registros históricos, como los conservados en el Museo Nacional del Cabildo, se menciona que la jornada fue lluviosa y que las calles estaban embarradas, pero no hay evidencia de una multitud con paraguas. La imagen del paraguas negro frente al Cabildo se consolidó más tarde, como parte del imaginario patriótico, reforzado por láminas escolares y representaciones teatrales. Su presencia en las escenas de la Revolución de Mayo no refleja tanto la realidad material de la época como el deseo de dotar a ese momento fundacional de una estética épica y reconocible. — #Paraguas1810, #MayoLluvioso, #ArchivoRevolución, #LujoColonial, #ImaginarioPatrio #mendozantigua
25 de Mayo de 1828: orden, civismo y una celebración sin excesos
En la edición del Correo Político y Mercantil correspondiente al 25 de mayo de 1828, se registra una curiosa observación sobre los festejos patrios: “Esta vez no hubo borrachos ni robos”. La frase, breve pero reveladora, refleja el tono de una celebración que, por excepción, transcurrió con notable tranquilidad. En un contexto de inestabilidad política y social, donde las fiestas populares solían desbordarse en excesos, disturbios o incidentes, esta mención periodística destaca el carácter cívico y ordenado de aquella jornada. El 25 de mayo, fecha emblemática de la Revolución de 1810, se había consolidado como celebración nacional desde la Asamblea del Año XIII, pero su tono variaba según el clima político del momento. En 1828, bajo el gobierno de Manuel Dorrego, la conmemoración adquirió un matiz más sobrio, quizás como reflejo de los intentos por fortalecer la institucionalidad y el orden público. Las fiestas incluían actos religiosos, desfiles militares, iluminación de plazas, y en algunos casos, corridas de toros o bailes populares. Que no se hayan registrado desmanes fue motivo suficiente para que la prensa lo celebrara como un logro. Este tipo de crónicas nos permite reconstruir no solo cómo se vivían las efemérides en el siglo XIX, sino también qué valores se buscaban destacar: el civismo, la moderación y el respeto por los símbolos patrios. — #Fiesta1828, #CorreoPolítico, #MayoCívico, #ArchivoArgentino, #MemoriaFestiva #mendozantigua
Mini revolución: el vestido que desafió costumbres en 1969
En 1969, el vestido mini no era solo una prenda: era una declaración. En plena efervescencia cultural, con el auge del movimiento hippie, la liberación femenina y la revolución sexual, la moda se convirtió en un espejo de los cambios sociales. El vestido corto, por encima de la rodilla, rompía con décadas de normas conservadoras y se imponía como símbolo de juventud, autonomía y provocación. En Argentina, las calles de Buenos Aires comenzaban a reflejar esta transformación. Las mujeres adoptaban el mini con entusiasmo, combinándolo con botas altas, peinados voluminosos y estampados psicodélicos. Las revistas de moda lo celebraban como “el uniforme de la modernidad”, mientras que algunos sectores lo veían como una amenaza a la moral tradicional. El mini convivía con otras tendencias de la época: túnicas-pantalón, transparencias estratégicas, palazzos y el incipiente nude-look. Pero ninguna prenda capturó tanto la atención como el vestido corto, que se usaba tanto para salidas informales como para eventos nocturnos. Su versatilidad y audacia lo convirtieron en ícono. Hoy, el mini de 1969 sigue siendo referencia estética y cultural. No solo marcó una época, sino que abrió paso a nuevas formas de expresión femenina en el espacio público. — #Mini1969, #ModaRetro, #EstiloYRebeldía, #ArchivoFemenino, #CulturaPop #mendozantigua
Mar del Plata, 1930: elegancia costera y rituales de verano
A comienzos de la década de 1930, Mar del Plata se consolidaba como el epicentro del veraneo argentino. La ciudad balnearia, con sus playas amplias y arquitectura ecléctica, recibía a familias de clase media y alta que buscaban descanso, prestigio y contacto con el mar. La postal de época muestra escenas típicas: sombreros, trajes de baño de una sola pieza, cabinas de lona, y fotógrafos ambulantes que capturaban momentos de ocio y sociabilidad. Era una época en que la playa no solo era recreación, sino también escenario de moda, rituales sociales y códigos de comportamiento. El crecimiento urbano de Mar del Plata se aceleraba, con la construcción de hoteles, casinos y paseos costeros que buscaban emular el glamour europeo. La ciudad se transformaba en símbolo de modernidad y refinamiento, pero también en espacio de encuentro popular. Hoy, estas imágenes nos permiten recuperar no solo la estética de una época, sino también los gestos, costumbres y aspiraciones de quienes hicieron de la costa atlántica un lugar de memoria colectiva. #MarDelPlata1930 #VeranoRetro #CostaHistórica #ArchivoVisual #ModaYMar #Mendozantigua
International 1941: músculo mecánico en tiempos de guerra
El camión International modelo 1941 representa una época de transición entre la industria civil y el esfuerzo bélico global. Fabricado por International Harvester, esta línea de vehículos pesados fue clave tanto en el transporte rural como en operaciones militares durante la Segunda Guerra Mundial. Con su diseño robusto, motor de seis cilindros y chasis reforzado, el International 1941 se convirtió en símbolo de confiabilidad en caminos difíciles. Su estética frontal, con parrilla vertical y faros redondos, refleja el lenguaje industrial de la década: funcionalidad sin ornamentos, pero con carácter. En Argentina, estos camiones fueron utilizados en tareas agrícolas, transporte de carga y obras públicas. Su presencia en rutas y pueblos marcó una época donde el motor era sinónimo de progreso. Hoy, restaurar uno de estos ejemplares es recuperar una pieza viva de la historia mecánica. #International1941 #CamiónHistórico #FierroYMemoria #RutaVintage #MotorClásico #Mendozantigua
Romper el hielo: del mar helado al lenguaje cotidiano
La expresión “romper el hielo” tiene raíces más profundas que una simple metáfora social. Su origen se remonta a tiempos en que los puertos quedaban bloqueados por capas de hielo durante el invierno, especialmente en regiones del norte de Europa. Para restablecer el comercio y la comunicación, se enviaban barcos rompehielos que literalmente abrían camino entre las aguas congeladas, permitiendo el tránsito seguro. Este acto físico de abrir paso en condiciones hostiles se transformó con el tiempo en una imagen poderosa para describir el inicio de una conversación, el primer gesto que disuelve la incomodidad o la distancia entre personas. Incluso los romanos tenían su propia versión: scindere glaciem, que significa “quebrar el hielo”, usada en contextos donde se buscaba superar la frialdad inicial en relaciones o negociaciones. Hoy, “romper el hielo” es una frase universal que conserva esa carga simbólica: abrir camino, generar conexión, iniciar algo que parecía detenido. #OrigenDeFrases #RomperElHielo #LatínVivo #HistoriaLingüística #FraseConPasado #mendozantigua
miércoles, 24 de mayo de 2017
🌊 Tunuyán 1922: cruzar el río, cruzar la historia. Mendoza
Esta imagen de 1922, tomada en el Departamento de Tunuyán, captura un momento profundamente simbólico: el vadeo del Río Tunuyán, una práctica habitual en la vida rural del Valle de Uco, cuando los caminos eran de tierra, los puentes escasos y el río marcaba ritmos de trabajo, comercio y encuentro. En esta escena, un carro tirado por caballos avanza lentamente por las aguas del Río Tunuyán, con varios pasajeros a bordo. El paisaje es árido, de vegetación baja, cielo nublado y horizonte abierto. Este tipo de cruce —sin puentes ni infraestructura— era parte del cotidiano de productores, arrieros y familias que conectaban fincas, parajes y pueblos en una región que aún estaba en plena consolidación territorial. El Río Tunuyán, nacido en la cordillera de los Andes, es uno de los cursos de agua más importantes de Mendoza. Su caudal, alimentado por deshielos, atraviesa el Valle de Uco y luego se bifurca en Tunuyán Superior e Inferior, irrigando tierras agrícolas y marcando límites naturales. En tiempos de crecida, el vadeo se volvía peligroso, pero también era símbolo de coraje y necesidad. #Tunuyán1922, #RíoTunuyán, #ValleDeUco, #VadeoHistórico, #Mendozantigua, #MemoriaRural, #ArchivoVisual, #PaisajeCuyano, #PatrimonioHídrico
Buenos Aires, 1930: sed urbana y ritual cotidiano
Un hombre se inclina sobre el bebedero público de una plaza porteña en 1930. La escena, simple y cotidiana, captura un gesto que fue parte del paisaje urbano durante décadas: tomar agua “del chorrito”, directamente desde las fuentes instaladas en veredas y espacios verdes. Estos bebederos, de diseño funcional y estética austera, eran parte del mobiliario urbano pensado para democratizar el acceso al agua potable en una ciudad que crecía aceleradamente. En tiempos sin botellas plásticas ni kioscos en cada esquina, el “chorrito” era alivio, encuentro y rutina. La imagen, tomada en Buenos Aires, refleja no solo una necesidad básica, sino también una época: sombreros, autos de época, arquitectura con ornamentos y calles vivas. El bebedero no era solo un punto de hidratación, sino también un símbolo de modernidad, salubridad y planificación urbana. Hoy, muchos de esos bebederos han desaparecido o están en desuso, pero esta postal nos recuerda que la historia también se bebe en pequeños gestos. #ChorritoPorteño #Bebederos1930 #BuenosAiresHistórica #AguaEnLaPlaza #VidaCotidiana #Mendozantigua
🛠️ Zanjón Cacique Guaymallén: riel de agua, memoria de territorio (1933). Mendoza
El Zanjón Cacique Guaymallén forma parte del sistema de distribución del Río Mendoza, y corre por la margen izquierda, complementando al Canal San Martín en la margen derecha. Su función principal es la de conducción de agua para riego, pero también cumple un rol vital en el drenaje urbano, especialmente en épocas de lluvias intensas. La imagen, fechada en 1933, muestra el proceso de revestimiento con hormigón armado, una técnica que comenzó a implementarse para mejorar la eficiencia del canal, reducir pérdidas por infiltración y facilitar el mantenimiento. Este tipo de canal en forma de “V” era típico en obras de la época, y permitía una mejor conducción en zonas de pendiente. Atraviesa los departamentos de Luján de Cuyo, Godoy Cruz, Guaymallén, Capital y Las Heras. Su trayecto separa físicamente zonas urbanas y rurales, y ha sido testigo del crecimiento de la ciudad desde principios del siglo XX. #ZanjónGuaymallén, #Mendozantigua, #ObraHidráulica, #1933, #RevestimientoHistórico, #InfraestructuraCuyana, #MemoriaDelAgua, #CanalCacique, #PatrimonioHídrico, #RiegoYTerritorio
Whiskería Marabú, (año 1977) 25 de Mayo y General Paz Ciudad de Mendoza
La Whiskería Marabú fue uno de los boliches más emblemáticos de la noche mendocina en los años ’70, símbolo de la cultura nocturna, el espectáculo revisteril y la estética tropical-erótica que marcó una época. En 1977, su cartelera ofrecía shows con vedettes, música y sensualidad, en plena efervescencia urbana. Ubicada en la intersección de 25 de Mayo y General Paz, en pleno centro de la Ciudad de Mendoza, la Whiskería Marabú se promocionaba como “tu boliche de onda”, apelando al lenguaje juvenil y moderno de la época. Funcionaba como whiskería, cabaret y sala de espectáculos, con presentaciones nocturnas a la 1:30 y 3:30 hs, lo que sugiere una dinámica de doble función, típica de los locales revisteriles. El término “whiskería” en los años ’70 aludía a espacios donde se servían bebidas importadas, se ofrecían shows en vivo y se cultivaba una atmósfera de seducción y glamour. El anuncio de 1977 destaca un “desfile de estrellas” con nombres como Patty Casal, Barbarela y Yemil, artistas que encarnaban el estilo de vedette tropical, con coreografías provocativas y vestuario llamativo. Frases como “estrepitosas al rojo”, “tropicalísima” y “salvaje y ardiente” reflejan el tono publicitario de la época, cargado de erotismo teatral y fantasía visual. El fondo estrellado del afiche y la tipografía psicodélica evocan la estética disco y cabaretera de los años ’70, en sintonía con la moda, la música y el cine popular. En 1977, Mendoza vivía una etapa de expansión comercial y modernización urbana, con boliches, cines y bares que conformaban un circuito nocturno activo. La Whiskería Marabú se inscribía en una red de locales similares que ofrecían revistas, shows tropicales y música en vivo, influenciados por el modelo porteño de cabarets como Tabarís, Chantecler o Marabú (Buenos Aires). Estos espacios eran frecuentados por adultos jóvenes, turistas y trabajadores urbanos, y funcionaban como lugares de escape, fantasía y sociabilidad. Aunque hoy desaparecida, la Whiskería Marabú forma parte del patrimonio cultural nocturno mendocino, una memoria urbana que combina espectáculo, deseo y estética popular. Su imagen publicitaria es testimonio de una época donde el show revisteril era parte del pulso social, y donde el centro de Mendoza vibraba con luces, música y cuerpos en escena. La Whiskería Marabú en 1977 fue mucho más que un boliche: fue escenario de fantasías tropicales, lenguaje publicitario exuberante y cultura nocturna en plena efervescencia urbana. Una postal del deseo escénico en clave setentista. #Marabú #MendozaNocturna #1977 #Boliche #Revista #Vedettes #Show #CentroMza #Archivo #CulturaPopular #Mendozantigua
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Mendoza, Argentina
25 de Mayo, Mendoza, Argentina
Gabino Ezeiza (1858–1916) fue uno de los grandes payadores de la historia argentina, afroporteño de San Telmo, y figura clave en la gestación de la identidad popular rioplatense.1858-1916)
Su arte oral, su militancia y sus versos lo convirtieron en precursor de las primeras letras del tango. Nació como Gavino Jacinto Ezeiza el 19 de febrero de 1858 en San Telmo, Buenos Aires, en una comunidad afrodescendiente que habitaba el barrio conocido como El Mondongo. Su maestro fue Pancho Luna, otro payador afroporteño, quien lo introdujo en el arte del contrapunto y la improvisación. A los 15 años recibió su primera guitarra y comenzó a publicar versos en el periódico La Juventud, donde ya mostraba su talento lírico. La payada era una forma de poesía oral cantada, con guitarra, que se practicaba en pulperías, plazas y teatros. Gabino se destacó por su improvisación rápida, profundidad temática y dominio del verso décima. Su contrapunto más célebre fue en 1884 en Montevideo, frente al oriental Juan de Nava. Allí improvisó la famosa décima Heroico Paysandú, que lo consagró como el gran payador del Plata. En honor a ese duelo, el 23 de julio fue declarado Día del Payador en Argentina. Aunque el tango como género musical aún se estaba gestando, Ezeiza aportó las primeras letras con estructura narrativa y tono popular, que luego influirían en autores como Homero Manzi y Enrique Santos Discépolo. Su estilo lírico, cargado de emoción, crítica social y melancolía, anticipó el espíritu del tango canción. Fue amigo de Gardel y Razzano, quienes lo homenajearon cantando Heroico Paysandú tras su muerte. Fue militante radical, cercano a Hipólito Yrigoyen, y participó activamente en comités políticos, donde también cantaba. Frecuentaba el Café de los Angelitos, espacio emblemático de la bohemia porteña. Publicó sus versos en opúsculos como Canciones del payador, Mi guitarra y Cantares criollos. Falleció el 12 de octubre de 1916, pocos meses después de tomarse su última fotografía en Justiniano Posse, Córdoba, durante los festejos del Centenario de la Independencia. Gabino Ezeiza fue más que un payador: fue voz de los marginados, puente entre la tradición oral y la canción urbana, y símbolo de la riqueza afroargentina en la cultura nacional. #Gabino #Payador #Tango #Afroargentino #Historia #Cultura #Verso #Milonga #Raíz #Memoria #mendozantigua
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San Telmo, Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Este es el aspecto que presentaba la Ciudad de San Juan en la madrugada del 16 de Enero de 1944, al día siguiente de la gran catástrofe.
La madrugada del 16 de enero de 1944 encontró a la Ciudad de San Juan sumida en ruinas, tras el terremoto más devastador registrado en la historia argentina. El sismo, ocurrido la noche anterior, dejó más del 80 % de la ciudad destruida y provocó la muerte de aproximadamente 10.000 personas. Ocurrió el 15 de enero de 1944 a las 20:52, con una magnitud de 7,4 en la escala de Richter y una intensidad de IX en la escala de Mercalli. El epicentro se localizó a unos 20 km al norte de la ciudad, en la localidad de La Laja, departamento Albardón. Fue percibido en varias provincias: Mendoza, San Luis, Córdoba y La Rioja. La ciudad estaba construida mayoritariamente con adobe y ladrillo cerámico sin refuerzo, lo que provocó el colapso inmediato de techos y fachadas. Las calles quedaron cubiertas de escombros, cadáveres y estructuras colapsadas, como muestra la imagen histórica. En las horas posteriores, lluvias torrenciales y frío inesperado agravaron la situación, seguidos por el calor típico de enero que aceleró la descomposición de cuerpos bajo los escombros. Se organizaron cremaciones masivas en las calles y cementerios para evitar epidemias como la fiebre tifoidea. El gobierno nacional y la sociedad civil respondieron con una ola de solidaridad, enviando ayuda, víveres y personal médico. El desastre impulsó la creación de normativas antisísmicas y el diseño de un nuevo plan urbanístico para San Juan, con calles más anchas y construcciones reforzadas. El terremoto de San Juan de 1944 marcó un antes y después en la planificación urbana argentina. Fue también un momento clave en la vida pública: durante la campaña de ayuda, Eva Duarte conoció a Juan Domingo Perón, dando inicio a una relación que cambiaría la historia política del país. La imagen de San Juan en la madrugada del 16 de enero es el retrato de una ciudad herida, pero también el inicio de una reconstrucción que transformó su identidad urbana y social. #SanJuan1944 #Terremoto #MemoriaSísmica #ArchivoVisual #DesastreHistórico #Reconstrucción #HistoriaArgentina #CiudadHerida #PatrimonioUrbano #MadrugadaTrágica #Mendozantigua
Efemérides. 24 de mayo de 1863, apareció por primera vez El Mosquito, que se describe como un periódico semanal independiente, satírico, burlesco y de caricaturas
En las más de 1500 ediciones, hasta su último número en 1893, el periódico satirizó la conducta de la clase política local. La publicación ofrece un punto de vista único sobre la formación del Estado-Nación moderno en la Argentina. El periódico, que se publicaba los domingos, constaba de cuatro carillas, y las dos centrales estaban dedicadas exclusivamente a litografías que caricaturizaban sucesos y personajes
Inmigrantes Senegaleses llegados para trabajar en un ingenio en Tucumán, abril 1899.
En abril de 1899, un grupo de inmigrantes senegaleses llegó a Buenos Aires con destino a Tucumán, contratados para trabajar en un ingenio azucarero. Esta escena, registrada por el Archivo General de la Nación y publicada en Caras y Caretas, representa un episodio poco conocido de la historia migratoria argentina. Los inmigrantes eran oriundos de Dakar, entonces bajo dominio colonial francés. Sus nombres, según la publicación de 1899, eran Davur Saw, Madic Sek, Diapp Mody y Feje Mody. No se especifica quién los contrató ni bajo qué condiciones, pero se indica que iban rumbo a Tucumán para trabajar en uno de los ingenios más importantes de la provincia. A fines del siglo XIX, Tucumán vivía un auge azucarero impulsado por medidas proteccionistas del gobierno de Julio A. Roca. La Ley de Conchabo, vigente hasta 1896, permitía la explotación laboral de trabajadores locales. Al ser derogada, los ingenios buscaron mano de obra alternativa, incluyendo inmigrantes extranjeros. Entre mayo y octubre, la demanda de trabajo en los ingenios era intensa, lo que explicaría la llegada de trabajadores africanos en esa época. La fotografía muestra a los cuatro senegaleses vestidos con atuendos tradicionales, posando en un entorno urbano. Fue tomada en Buenos Aires como parte de un registro oficial, y hoy forma parte del acervo del Archivo General de la Nación. Su presencia en Argentina fue breve y excepcional, pero representa un cruce singular entre migración, trabajo forzado y representación visual. Este episodio revela cómo, más allá de la inmigración europea dominante, hubo casos puntuales de migración africana vinculada al trabajo rural. También plantea preguntas sobre las condiciones laborales, la representación racial en medios de época y la construcción del imaginario nacional. #Senegal1899 #Tucumán #ArchivoAGN #HistoriaAfro #Migración #Ingenio #MemoriaVisual #CulturaAfro #Patrimonio #CarasYCaretas #Mendozantigua
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martes, 23 de mayo de 2017
🍷 “Giol 1945: El gigante del vino en tiempos de modernización” Mendoza
En 1945, Bodegas y Viñedos Giol S.A. era considerada una de las mayores y más influyentes empresas vitivinícolas de América Latina, con sede en Maipú, Mendoza. Su infraestructura, capacidad productiva y alcance comercial la posicionaban como un emblema de la modernización agroindustrial argentina. Fundada por Juan Giol (italiano) y Bautista Gargantini (suizo) en 1887, la empresa comenzó con la compra de tierras en Maipú, donde las condiciones climáticas favorecían el cultivo de la vid. En 1904, adquirieron más de 7.000 hectáreas de viñedos y campos, convirtiéndose en los bodegueros más ricos del país. Para 1910, en el marco del Centenario argentino, la bodega era reconocida como la más grande del mundo, elaborando cerca de 300.000 hectolitros de vino por año. En plena posguerra, Giol S.A. operaba como una sociedad anónima cooperativa, con una planta industrial que abarcaba más de 260 hectáreas en Maipú. Contaba con piletones de fermentación, toneles de gran tamaño, líneas de embotellado y centros de distribución en todo el país, incluyendo Buenos Aires. Su logo, una cabeza de toro, aparecía en etiquetas, barricas y fachadas, símbolo de fuerza y tradición. Se decía que en ciertos procesos se añadían gotas de sangre de toros campeones, como parte de una práctica simbólica que buscaba reforzar la identidad del vino. La bodega generaba empleo para cientos de trabajadores: vendimiadores, toneleros, carreros, operarios y administrativos. Su presencia impulsó la urbanización del carril Ozamis, con la aparición de almacenes, fondas, talleres y viviendas en torno al establecimiento. Funcionó como centro de sociabilidad para inmigrantes, obreros y comerciantes, marcando el ritmo económico y cultural de Maipú. Hoy, el edificio histórico alberga el Museo Nacional del Vino y la Vendimia, donde se conservan documentos, maquinaria y espacios originales. La visita guiada permite recorrer el Salón Centenario, los piletones, los toneles y la Casa de Giol, testimonio de una época de esplendor vitivinícola. Bodegas Giol en 1945 representa el cruce entre tradición inmigrante, innovación técnica y expansión comercial, en un momento clave para la identidad agroindustrial de Mendoza. Si querés, Eduardo, puedo ayudarte a crear una cápsula visual sobre este patrimonio, con título, hashtags y subtítulo para difusión cultural. #Giol1945 #PatrimonioVitivinícola #HistoriaDelVino #Mendozantigua #IndustriaYMemoria #BodegaHistórica #MaipúVitivinícola #ArchivoVisual #CulturaDelTrabajo #MuseoDelVino
🪕 “José Betinotti en 1910: Retrato de un payador urbano”
José Betinotti (1878–1915) fue un payador argentino reconocido por su actividad artística en el ámbito urbano de Buenos Aires a comienzos del siglo XX. Su obra se caracteriza por composiciones de tono melancólico, con énfasis en temas familiares y sociales, especialmente la figura materna. Durante su trayectoria, Betinotti se presentó en teatros, fondas y espacios barriales, consolidando un estilo que combinaba milonga, vals y canción popular. A diferencia del payador tradicional vinculado al ámbito rural, su presencia escénica se desarrolló principalmente en contextos urbanos. Entre sus composiciones más conocidas se encuentran “Pobre mi madre querida”, “Como quiere la madre a sus hijos” y “Tu diagnóstico”. Algunas de sus letras fueron interpretadas por artistas posteriores, como Carlos Gardel. En 1910, Betinotti ya era una figura reconocida en el circuito artístico porteño. Su imagen, vestido formalmente y acompañado por su guitarra, refleja el perfil del intérprete popular de la época. Su legado fue retomado en producciones posteriores, como la película El último payador (1950), escrita por Homero Manzi. Su obra forma parte del patrimonio cultural argentino, y representa una etapa de transición entre la tradición oral gauchesca y la canción urbana que daría lugar al tango. #JoséBetinotti #ElÚltimoPayador #CulturaPopular #PatrimonioMusical #HistoriaDelSuburbio #PayadaUrbana #MemoriaCriolla #BuenosAires1900 #ArchivoSonoro #TradiciónYModernidad #Mendozantigua
Reconstrucción, toma del Canal Matriz de Real del Padre, departamento de San Rafael, obra terminada. Mendoza (s/f)
Biblioteca del Agua
DGI
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"El Obelisco que estuvo a un paso de desaparecer: historia de un ícono porteño" (1939) Buenos Aires
El Obelisco, símbolo porteño, estuvo al borde de ser demolido apenas unos años después de su inauguración, generando una fuerte polémica entre los habitantes de Buenos Aires. En 1939 se desprendieron algunas lajas de su estructura, lo que motivó al Concejo Deliberante a ordenar su demolición. El 23 de mayo de 1936 se inauguró el Obelisco en el amplio espacio que surgió con la ampliación de la avenida Corrientes y la creación de la Avenida 9 de Julio. Tres años después, el martes 13 de junio de 1939, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires resolvió “la inmediata demolición hasta el nivel del suelo” debido a la caída peligrosa de varias lajas que cubrían el monumento. Se estableció un plazo de diez días para ejecutar la orden, lo que provocó un intenso debate público. Por un lado, los defensores del diseño de Alberto Prebisch argumentaban razones prácticas, como el elevado costo de demolerlo y los escombros que se generarían. Además, señalaban otros beneficios: el Obelisco atraía a numerosos turistas, tanto de otras provincias argentinas como de países vecinos, y se había convertido en un punto de referencia inconfundible de la ciudad, al punto de que comercios lo mencionaban en sus anuncios como “frente al Obelisco” o “a metros del Obelisco”. En el otro extremo, quienes pedían su derribo lo calificaban de feo y peligroso para los transeúntes. No obstante, también había un trasfondo político: el intendente Mariano de Vedia y Mitre, responsable de la construcción e inauguración del monumento, mantenía una relación tensa con el Concejo. El martes 13 de junio de 1939, los miembros del cuerpo deliberativo votaron 23 a 3 (Molina Carranza, Rouco Oliva y Elena) a favor de eliminar al “intruso”, como llamaban al Obelisco. La disputa llegó al Congreso Nacional, donde el diputado por Santa Fe, Pío Pandolfo, defendió el monumento. Señaló que no se trataba de una obra pública sujeta al Concejo, sino de un monumento que “no puede estar a merced de los vaivenes de la pasión”. Según Pandolfo, correspondía al Estado Nacional decidir su destino. Desde el Ministerio de Obras Públicas de la Ciudad también se pronunciaron a favor del Obelisco. El doctor Nereo Giménez Melo sostuvo que “la erección del Obelisco se llevó a cabo como un monumento conmemorativo (tal como lo indican las inscripciones) y como homenaje del pueblo argentino, lo que requería la aprobación del Poder Ejecutivo Nacional”. Dado que solo el Congreso podía autorizar este tipo de homenajes, el futuro del Obelisco dependía de la Nación. Durante los diez días entre la ordenanza y la posible demolición, la tensión mediática fue intensa. El diario La Razón, que apoyaba la preservación del monumento, afirmaba que “esta obra fue consagrada por la voluntad popular, construida con ‘intención patriótica’ e inaugurada por un presidente de la Nación (Agustín P. Justo)”. En cambio, el diario socialista La Libertad sostenía que la obra era ilegal y fruto del capricho exclusivo de Vedia y Mitre. Finalmente, cuando se acercaba el plazo límite, el Poder Ejecutivo Nacional reafirmó su autoridad sobre el Obelisco, y el intendente Arturo Goyeneche vetó la ordenanza del martes 13 de junio. El monumento quedó a salvo. En 2011, fue incorporado al Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y hoy continúa erguido en la intersección de la Avenida 9 de Julio y Corrientes, celebrando año tras año su historia. #ObeliscoBuenosAires #HistoriaDeBA #IconoPorteño #MonumentoHistórico #ArquitecturaArgentina #AlbertoPrebisch #9DeJulio #Corrientes #PatrimonioCultural #BuenosAires #HistoriaUrbana #SímboloDeLaCiudad #LegadoArquitectónico #TurismoBA #CiudadDeBuenosAires #Mendozantigua
Carlos Galigniana Segura (1904–1907): Obras públicas y legado patrimonial. El gobernador que inauguraba el futuro. Del Cristo Redentor a la penitenciaría
Su historia nos remonta a la gestión del gobernador Carlos Galigniana Segura, quien entre 1904 y 1907 impulsó una serie de transformaciones urbanas que marcaron el perfil cívico de la Ciudad de Mendoza. La plaza, originalmente denominada Cobos en honor al primer español con ciudadanía argentina y promotor del álamo en Mendoza, fue rebautizada como Plaza San Martín por iniciativa del gobernador. La propuesta surgió en 1902, cuando el sacerdote e historiador José Pacífico Otero visitó la ciudad y sugirió erigir un monumento al Libertador en un espacio público destacado. La asociación Ateneo pro monumento a San Martín gestionó los fondos necesarios, aunque diferencias internas dividieron la institución. Finalmente, se optó por instalar el monumento en la plaza Cobos, donde existía un reloj que fue retirado para dar lugar a la nueva obra. En abril de 1904, el gobierno provincial encomendó al ingeniero Jacinto Anzorena la construcción del basamento y la remodelación integral de la plaza. Desde el gobierno nacional se enviaron los primeros faroles eléctricos, y la estatua —una réplica de la obra de Luis José Daumas para Buenos Aires, fundida por el artista Garzía— llegó en tren. Aunque el proyecto estaba previsto para inaugurarse el 25 de mayo, dificultades logísticas postergaron el acto para el 5 de junio. Se conformó entonces una comisión pro-fiesta que organizó los eventos oficiales, con la presencia de autoridades provinciales, nacionales y representantes de Chile. Apenas siete días después de asumir el cargo, el 13 de marzo de 1904, Galigniana Segura participó en la inauguración de la estatua del Cristo Redentor en la frontera con Chile, símbolo de paz entre ambas naciones. Durante su mandato también se concretaron otras obras significativas, como el Hospital Provincial y la Penitenciaría, inaugurada el 24 de febrero de 1907, tras superar debates sobre su emplazamiento. La gestión de Carlos Galigniana Segura dejó una huella profunda en el paisaje urbano mendocino, articulando infraestructura, homenaje histórico y visión cívica. Su impulso por resignificar espacios públicos continúa resonando en las transformaciones actuales. #PlazaSanMartín #CarlosGalignianaSegura #HistoriaUrbana #Mendozantigua #PatrimonioCívico #CápsulaPatrimonial #CristoRedentor #MonumentoSanMartín #ObrasHistóricas #GobernadoresDeMendoza #MemoriaVisual #ArquitecturaPública
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Niños espiando el Circo. Buenos Aires, 1935.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el circo era uno de los entretenimientos más esperados en los barrios y pueblos argentinos. Llegaba con carpas coloridas, animales exóticos, acróbatas, payasos y promesas de maravilla. Sin embargo, no todos los niños podían pagar la entrada. Muchos se acercaban a las chapas del perímetro para espiar entre las rendijas, como muestra esta imagen, buscando una ventana a lo extraordinario. La fotografía de 1935 captura a un grupo de niños en actitud colectiva de observación, algunos de pie, otros acostados o agachados. El muro de chapas blancas funciona como límite físico y simbólico entre el mundo cotidiano y el mundo del espectáculo. La escena está cargada de tensión visual y emocional, con cuerpos en movimiento y miradas fijas en lo invisible. En 1935, Buenos Aires vivía una etapa de crecimiento urbano desigual, con barrios populares en expansión. La infancia estaba marcada por la calle, el juego libre y la imaginación como refugio ante la precariedad. El circo, itinerante y accesible, ofrecía un escape simbólico, aunque no siempre económico. Crédito Fotográfico: Archivo General de la Nación. #InfanciaPopular #Circo1935 #BuenosAiresAntiguo #MemoriaVisual #CápsulaPatrimonial #CuriosidadColectiva #NiñezHistórica #ArchivoFotográfico #PatrimonioSocial #MiradasQueHablan #HistoriaCotidiana #InfanciaYTerritorio #Mendozantigua
Mayo mendocino: cuatro valiosos patriotas La noticia del nuevo gobierno llegó en junio de 1810. Las personalidades que aquí, en este rincón de la colonia, apoyaron a la nueva Junta de Gobierno.
Conoceremos a cuatro comprovincianos que lucharon con fervor por la formación de un nuevo orden.
Corvalán, el que trajo la noticia
En la noche del 13 de junio de 1810, un joven oficial de milicia desmontó rápidamente de su caballo para ingresar a la sala del Cabildo mendocino. Se llamaba Manuel Corvalán y llevaba los despachos de la “Junta Gubernativa” que se instaló en Buenos Aires el 25 de mayo de ese mismo año.
La buena nueva estremeció a las autoridades que, inmediatamente, se reunieron en la sala Capitular y resolvieron convocar a los vecinos más representativos de la ciudad para que participaran. En un costado estaba el oficial Corvalán, rodeado de un público eufórico que le preguntaba por los acontecimientos desarrollados en Buenos Aires.
Uno de los cabildantes leyó el acta del cabildo abierto del 25 de mayo, la cual comunicaba que había sido depuesto el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y que se conformaría una Junta a favor del Rey Fernando VII. Todos celebraron este acontecimiento. Sin embargo, las autoridades que en ese momento gobernaban Cuyo, y algunos vecinos influyentes, se resistieron a reconocer a aquel gobierno pues dudaban de su legitimidad. Fueron días de alta tensión: Manuel Corvalán y otros patriotas debieron ponerse firmes para que se reconociera a la Junta.
Desde ese momento, Manuel Corvalán abrazó la causa americana con toda su pasión. Había nació en 1774 y cuando el General San Martín llegó a Cuyo como gobernador intendente en 1814, fue su gran colaborador. Falleció en la ciudad de Buenos Aires en 1847.
Bernardo Ortiz, un cruel destino
Ortiz fue uno de los tantos que participó activamente de esta convocatoria realizada por el Cabildo mendocino en los primeros días de junio de 1810. La difícil situación que se vivía en esos tiempos tuvo una respuesta favorable al convocarse una nueva asamblea, en la cual se decidió elegir a un diputado para que representara a Mendoza ante la Junta.
El nombramiento recayó en Bernardo Ortiz. El diputado, electo por un número elevado de votos, inspiraba respeto y confianza en su integridad de carácter. Pero Bernardo Ortiz sobrellevaba una delicada enfermedad y cuando se disponía a viajar a Buenos Aires, la muerte lo sorprendió el 16 de setiembre de ese año. Fue uno de los patriotas de la primera hora y su legado dejó imborrables huellas en nuestra historia.
Isidro Sáenz de la Maza, el más fervoroso patriota
Quizás el más apasionado de todos los vecinos que fueron reunidos en el Cabildo para decidir sobre el destino del nuevo gobierno, fue el capitán de milicias Isidro Sáenz de la Maza, padre del recordado diputado por Mendoza en el Congreso de Tucumán, Juan Agustín. Entre tanto, los funcionarios reales permanecían en duda acerca de la aceptación de la Junta (puesto que ellos esperaban información de Córdoba, epicentro colonial al que en aquel entonces pertenecía jurídicamente Cuyo), pero deslizaban su posición contraria a la del gobierno de Buenos Aires. Esta indecisión despertó temor en la oposición de las autoridades reales. De modo que aquel mismo invierno un grupo de vecinos, acaudillados por el comandante de Urbanos, Isidro Sáenz de la Maza, se reunieron en la casa del alcalde de segundo voto.
Más de ochenta comerciantes, hacendados, milicianos y clérigos, invocaron al ‘Fiel, Leal y Valiente Pueblo de Mendoza’. El comandante de armas Faustino Ansay fue depuesto del cargo y le sucedió el capitán de milicias Isidro Sáenz de la Maza.
Luego de los acontecimientos del 26 de junio, el Cabildo pidió la destitución de Ansay y otros funcionarios para apoyar a la Junta de Buenos Aires.
Manuel Molina, diputado por Mendoza
El licenciado Manuel Ignacio Molina nació en Mendoza en 1758. Su historia se resume en distintos cargos en el Cabildo. Lo cierto es que Molina tuvo una participación destacada y hasta fundamental, en los episodios revolucionarios de Mendoza. No dudó un momento en tomar las armas, a pesar de su condición de civil, para defender su tierra de los oficiales españoles que oponían resistencia. Vastas pruebas de heroísmo y de idoneidad profesional permitieron que fuera electo diputado por Mendoza a la Junta Provisional de Buenos Aires. Se sabe que fue un gran amigo y colaborador del general San Martín en aquella gesta de libertad.
Fuente; http://www.losandes.com.ar/article/bicentenario-490591
lunes, 22 de mayo de 2017
Efemérides. 22 de mayo de 1934: El otólogo doctor Juan Manuel Tato realiza en el país la primera Fenestración acústica del laberinto, para el tratamiento quirúrgico de la sordera. A principios de la década del 60 introdujo la estapedectomía , que curaba ciertos tipos de sordera. Instituto de sordomudos. Enseñando a pronunciar, 1925
📮 Estafeta Postal N°5 – Encotel en Galería (Febrero de 1993) Ciudad de Mendoza
En pleno corazón de la Ciudad de Mendoza, la Galería Tonsa albergó durante décadas una de las estafetas postales más activas del centro urbano: la Estafeta Postal N°5, operada por Encotel (Empresa Nacional de Correos y Telégrafos). Su frente, sobrio y funcional, se integraba al paisaje comercial de la galería, rodeado de locales, oficinas y el constante tránsito peatonal que caracterizaba a este emblemático paseo mendocino. Inaugurada entre 1958 y 1961, la Galería Tonsa fue considerada la galería más extensa de Latinoamérica, con más de 500 metros de recorrido Su diseño en forma de “T” conectaba la Av. San Martín con la calle San Juan, integrando arquitectura moderna y funcionalidad comercial Fue impulsada por Irving Tow, empresario del rubro calzado, y proyectada por el ingeniero Germán Gutman. En los años ’70, ’80 y principios de los ’90, la Tonsa vivió su apogeo como centro de compras, paseo familiar y punto de encuentro social. Encotel fue la empresa estatal encargada del servicio postal argentino entre 1972 y 1997 La estafeta N°5 ofrecía servicios de envío de cartas, encomiendas, telegramas y giros postales, además de atención personalizada. El buzón visible en la imagen era símbolo de comunicación cotidiana, en una época previa a la masificación del correo electrónico. El diseño interior, con barras verticales y señalética clara, respondía a criterios de seguridad y organización funcional. Para febrero de 1993, la estafeta aún funcionaba con normalidad, pero ya se percibían los signos de transformación. La privatización del correo estaba en debate nacional. Las galerías céntricas comenzaban a perder protagonismo frente a nuevos formatos comerciales. El uso del correo tradicional empezaba a declinar ante el avance de la tecnología digital. #Encotel #EstafetaPostal #GaleríaTonsa #Mendozantigua #CorreoArgentino #PatrimonioUrbano #MemoriaPostal #CiudadDeMendoza #ArquitecturaFuncional #CápsulaPatrimonial #Años90 #HistoriaCotidiana
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