jueves, 29 de junio de 2017

🧑‍💼 1929: Segundo Painevilú Cafulcurá — dignidad mapuche entre papeles y silencios


En 1929, el retrato de Segundo Painevilú Cafulcurá, descendiente directo del lonko Juan Calfucurá, nos muestra una escena singular: un hombre de raíces mapuches sentado en una oficina, rodeado de papeles, tinta y máquina de escribir. La imagen, sobria y poderosa, condensa el cruce entre memoria indígena y burocracia estatal, en un país que aún debatía su identidad entre modernidad y deuda histórica. Juan Calfucurá (c. 1778–1873), cuyo nombre en mapudungun significa “piedra azul”, fue uno de los caciques más influyentes del siglo XIX en la región pampeana. Lideró la Confederación de las Pampas, resistió avances militares y tejió alianzas con gobiernos argentinos. Segundo Painevilú Cafulcurá, su descendiente, representa el legado de esa resistencia, pero también el proceso de asimilación forzada que vivieron muchas familias indígenas tras la Campaña del Desierto y la expansión estatal. La fotografía lo muestra en vestimenta formal, con chaleco, corbata y escritorio ordenado, en lo que parece ser una oficina pública o administrativa. Su expresión es serena, pero firme. El entorno —máquina de escribir, lámpara de escritorio, documentos— sugiere que ocupaba un rol institucional, quizás como empleado estatal o gestor comunitario, en tiempos donde la presencia indígena en espacios oficiales era excepcional. La imagen es valiosa no solo por su estética, sino por lo que representa: la persistencia de una identidad mapuche en un contexto de invisibilización. En décadas posteriores, descendientes de Calfucurá como Ceferino Namuncurá serían reconocidos por su espiritualidad y compromiso social, pero figuras como Segundo Painevilú aún esperan su lugar en la narrativa oficial. #Scroll1929 #PainevilúPresente #OficinaMapuche #MemoriaViva #CalfucuráLegado #mendozantigua. Crédito Fotográfico: Archivo General de la Nación

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