lunes, 7 de diciembre de 2020

El 7 de diciembre de 2005, en el aeropuerto Internacional de Miami, se produjo un incidente fatal que cambió para siempre los procedimientos de seguridad en las estaciones aéreas en los EEUU, ese día era asesinado Rigoberto Alpizar. (EH)

Este joven de 44 años era un ciudadano estadounidense nacido en Costa Rica que trabajaba en el departamento de pinturas de la cadena Home Depot de Orlando. Luego de un viaje a Ecuador junto a su esposa Anne Buechner, el avión en que regresaban aterrizó en el aeropuerto Internacional de Miami, por ser un vuelo internacional procedente desde una escala en Colombia, todos los pasajeros debieron descender para hacer el trámite de migraciones. Alpizar y su esposa, por ser estadounidenses terminaron el trámite con rapidez y se dirigieron al pre embarque de su vuelo a Orlando. Una vez que todos los pasajeros estuvieron a bordo pero aún con la puerta del avión abierta, se escuchó una fuerte discusión entre Alpizar y su esposa, este, muy ofuscado se levantó para abandonar la aeronave. Las aeromozas le advierten que no puede bajar del avión sin autorización pero Alpizar las sortea y comienza a correr por la manga en dirección a la sala de pre embarque sin advertir que un Mariscal del aire encubierto de la "TSA" (Administración de Seguridad del Transporte) lo seguía de cerca para ver sus intenciones. Otros dos Mariscales del aire uniformados le bloquean la salida de la manga, Alpizar acorralado y con una crisis nerviosa los amenaza, "Tengo una bomba en la mochila", los tres oficiales le piden que deje su mochila en el piso y se aleje, pero se niega y cuando hizo un movimiento para abrirla fue ejecutado con 9 disparos, seis de frente y 3 de espalda. El caso parecía fácil y de rápido archivo pero aparecieron varios puntos oscuros que complicaron la investigación. El principal era que en la mochila de Alpizar no había una bomba, hecho que los oficiales debían sospechar ya que ese equipaje para llegar a bordo había pasado 2 veces por los scaners de seguridad. A los dichos de los oficiales sobre la amenaza de bomba se sumaron las sobrecargos del avión, pero cuando se les preguntó en que idioma lo había hecho Alpizar (Español o Inglés), no supieron precisarlo invalidando su testimonio. Ningún pasajero dijo haber oído amenazas de bomba mientras Alpizar abandonaba el avión por lo que solo quedaba el testimonio de los Mariscales que tampoco precisaron en que idioma dieron sus indicaciones. Era la primera vez que oficiales de seguridad aeroportuaria abrían fuego en un aeropuerto internacional y la sentencia de este caso sentaría jurisprudencia. La justicia determinó que la amenaza de Alpizar era muy firme como para que los oficiales dudaran si era verdad o no, y que su acción fue justificada, desde ese día los Mariscales del aire tienen luz verde para disparar a matar si según su criterio personal, una amenaza es cierta o no.

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