El 7 de diciembre de 1598, en Nápoles, nació Gian Lorenzo Bernini, quien se convirtió en uno de los artistas más influyentes de la historia universal.

Hijo del escultor Pietro Bernini, recibió de él sus primeras enseñanzas y en 1604 se trasladó con su familia a Roma, ciudad que en ese momento era un hervidero de talento artístico europeo. Allí, Bernini se formó en un ambiente donde la pintura, escultura y arquitectura se concebían como expresiones inseparables. A los 25 años, alcanzó fama con sus célebres Grupos Borghesianos, esculturas de mármol que representaban escenas bíblicas y mitológicas: Eneas, Anquises y Ascanio, David, El rapto de Proserpina y Apolo y Dafne. Estas obras, conservadas en la Galería Borghese, son consideradas patrimonio artístico de la humanidad por su dramatismo y perfección técnica. Bernini se transformó en el artista predilecto de los Papas Urbano VIII, Inocencio X y Alejandro VII, quienes le encargaron proyectos monumentales. Su estilo, cargado de teatralidad y emoción, le valió el título de “Arquitecto de Dios”. Desde 1623, lideró el Barroco romano, dejando huellas imborrables en la ciudad y en la Iglesia Católica. Entre sus obras más emblemáticas se destacan la Plaza de San Pedro con su columnata elíptica, el Baldaquino de San Pedro, la Capilla Cornaro con el célebre Éxtasis de Santa Teresa, la Fuente de los Cuatro Ríos en Piazza Navona y la Iglesia de Sant’Andrea del Quirinal. Su legado, que abarcó escultura, arquitectura y urbanismo, consolidó a Roma como capital artística de Europa y lo convirtió en el gran heredero de la fuerza escultórica de Miguel Ángel. Bernini falleció en Roma en 1680, pero su obra sigue siendo objeto de estudio y admiración en todo el mundo, símbolo del poder expresivo del Barroco. #Bernini1598 #BarrocoRomano #ArquitectoDeDios #GaleríaBorghese #PlazaSanPedro #Baldaquino #ÉxtasisDeSantaTeresa #FuenteDeLosCuatroRíos #HistoriaDelArte #Roma #mendozantigua