sábado, 26 de diciembre de 2020

El 26 de Diciembre de 1956, en su Michigan natal moría un inventor y empresario estadounidense que en 1948 concibió el automóvil moderno, ese día se apagaba la vida de Preston Tucker.

Nacido el 21 de Septiembre de 1903, desde muy pequeño mostró pasión por la mecánica, siendo un pre adolescente su padre le compraba automóviles destruidos, que Preston reparaba y vendía ayudando a la economía familiar. Cuando la Policía de Lincoln Park incorporó modernas unidades, Preston se incorporó a la fuerza para tener acceso a ellos, cuando terminó la academia y se incorporó a la fuerza se llevó su patrulla a su casa y le hizo considerables modificaciones, por ello fue dado de baja. Probó suerte como vendedor en una concesionaria, llegó a gerente de ventas y amasó una respetable cantidad de dinero, que utilizó para asociarse con el empresario Harry Miller para fabricar automóviles que compitieran en las 500 millas de Indianápolis. En 1943 funda su propia empresa con la que en plena guerra diseñó un tanque blindado que poseía una innovadora torreta giratoria, si bien el tanque no fue aprobado, la armada le compró el diseño de la torreta que incorporó en los bombarderos B29. Terminada la guerra, las terminales automotrices comenzaron a diseñar los nuevos modelos de la post guerra, mientras la mayoría arrancaba con modelos similares a los de fines de los '40, Tucker tuvo el famoso “sueño” de un auto revolucionario. El resultado fue el legendario sedan “Tucker Torpedo 48”, un automóvil revolucionario, poseía adelantos en seguridad impensados para la época. Entre sus innovaciones se encontraban su aerodinamia, estructura colapsable para amortiguar impactos, columna de dirección por detrás del eje delantero, frenos a disco, inyección de combustible, cinturones de seguridad, faros delanteros sincronizados con la dirección para iluminar las curvas y todos los comandos manuales e instrumentos en el diámetro del volante. El crédito para su fabricación le imponía una producción inicial de 50 unidades y cotizar en bolsa, una investigación gubernamental lo acusó de malversación y estafa, por ello se le inició un juicio a todos los directivos de la empresa. El juicio fue ganado por Tucker pero el daño ya estaba hecho, sus deudas por parar la producción llevaron a su empresa a la quiebra. Luego de instalarse en Brasil para asesorar a empresas locales regresó a los EEUU donde se le diagnosticó cáncer de pulmón que le provocó la muerte el 26 de Diciembre de 1956. De los 50 autos fabricados, 46 se mantienen en perfecto estado, ya que los coleccionistas lo consideran una joya y un eslabón fundamental de la industria automotriz.

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