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La imagen muestra un tramo de la Avenida San Martín, arteria principal de la ciudad de Mendoza, en sus primeras décadas del siglo XX. Lo que vemos es mucho más que una calle: es un retrato del pulso comercial, arquitectónico y social de una ciudad que se reconstruía tras el terremoto de 1861 y se proyectaba hacia la modernidad. Se distinguen fachadas ornamentadas con detalles clásicos, típicas del eclecticismo urbano de la época. Los negocios visibles —como Gran Zapatería La Porteña, Zapatería París, Casa Bernaud y Centenario— reflejan una diversidad comercial que iba desde calzado hasta artículos de lujo. La cartelería es directa, con tipografías grandes y visibles, pensadas para atraer al transeúnte. La avenida está bordeada por árboles alineados, probablemente álamos carolinos, introducidos en Mendoza en el siglo XIX para dar sombra y frescura. Las veredas amplias y limpias, junto con la presencia de una figura caminando, sugieren una ciudad que comenzaba a vivir la calle como espacio público. En esta época, la Avenida San Martín ya había sido empedrada (1880) y comenzaba a recibir el adoquinado (1912) que la prepararía para el tránsito moderno. Por ella circulaban tranvías eléctricos desde 1912, reemplazando los de tracción animal inaugurados en 1885. Era el eje norte-sur que conectaba los departamentos de Las Heras, Capital y Godoy Cruz, y por donde pasaron figuras como Sarmiento, Mitre, Gardel, Cantinflas y Walt Disney. La avenida fue rebautizada en 1883 en honor al General José de San Martín, reemplazando su antiguo nombre: calle San Nicolás. A lo largo del siglo XX, se convirtió en el escenario de desfiles, manifestaciones, procesiones religiosas y eventos vendimiales, consolidando su rol como columna vertebral de la vida mendocina. Esta imagen es una cápsula del tiempo: una Mendoza que se vestía de ciudad moderna sin perder su alma de oasis.
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