La trayectoria de Tony Bennett no solo estuvo marcada por su voz inconfundible, sino también por episodios curiosos, emotivos y a veces sorprendentes que revelan su carácter y sensibilidad: Cantó en la inauguración del Puente Triborough... ¡a los 10 años! Fue parte del coro infantil que cantó en la ceremonia oficial, y recibió una palmada en la cabeza del alcalde de Nueva York como gesto de aprobación. Cantaba en restaurantes italianos mientras trabajaba como mozo A los 13 años, ya ganaba dinero cantando en locales de su barrio en Queens, combinando el arte con el trabajo para ayudar a su familia. Fue degradado en el ejército por invitar a un amigo afroamericano a cenar Durante la Segunda Guerra Mundial, Bennett fue castigado por compartir mesa con un compañero negro en una unidad segregada. El oficial le arrancó los galones y lo envió a tareas de entierro. Firmaba sus pinturas como “Benedetto” Además de cantante, fue un artista plástico prolífico. Sus obras se exhibieron en museos como el Smithsonian, y nunca usó su nombre artístico para firmarlas. Su boda provocó un duelo colectivo entre sus fans Cuando se casó en 1952, unas 2.000 mujeres se reunieron frente a la iglesia vestidas de negro, como si lamentaran la pérdida de su soltería. Bob Hope le cambió el nombre: Originalmente se presentaba como “Joe Bari”, pero el comediante Bob Hope le sugirió usar “Tony Bennett”, lo que marcó el inicio de su fama. Su amistad con Lady Gaga trascendió generaciones A pesar de los 50 años de diferencia, Gaga lo consideraba su “verdadero amigo”. Juntos grabaron dos álbumes y compartieron escenario en su último concierto. Fundó una escuela en honor a Frank Sinatra Tras la muerte de su ídolo y amigo, creó la Frank Sinatra School of the Arts en Queens, dedicada a la educación artística pública. Una respuesta inolvidable sobre su canción más famosa: Cuando le preguntaban si se cansaba de cantar “I Left My Heart in San Francisco”, respondía: “¿Usted se cansa de hacer el amor?”
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