Algunas historias reales son tan perfectas que parecen leyendas urbanas. Otros tantos cuentos inverosímiles se toman como hechos históricos. Pero hay algunas que aún se mantiene la duda, una de las mas estudiadas es la que une a Carlos Gardel y Frank Sinatra. En enero de 1934, Carlos Gardel fue contratado por la Paramount para la película "Cuesta Abajo". Dentro de sus obligaciones estaba la de reportajes y recitales radiales. En enero de 1934 se presentó en los estudios de la NBC para tocar junto a la orquesta de Richard Hommer. A pesar del duro invierno en New York el estudio se llenó de gente. Casi todos latinos u otros músicos atraídos por la figura de Gardel. Entre los asistentes se encontraba Nancy Barbato, hija de inmigrantes italianos. No lo hizo sola, la acompañaba su novio Francesco Albertino Sinatra Agravantes, en ese entonces un joven camionero pendenciero con antecedentes y un futuro sombrío. Al terminar la presentación ambos se acercaron al cantor Argentino, Nancy fue la que habló primero ya que Sinatra había quedado petrificado ante la figura de Gardel. Cuando ya se había roto el hielo, Nancy le comenta que su novio tiene un talento especial para cantar pero que estaba desperdiciando su vida por culpa de sus malas compañías. Gardel miró a los ojos a Sinatra y le dijo "-Cuando yo tenía tu edad, andaba allá en Buenos Aires como vos andas ahora en Nueva York". Le contó sus andanzas en una fonda de mala muerte del Abasto llamada O´Rondeman, una verdadera cuna de delincuentes. Gardel prosiguió "-No te voy a decir que ahora soy un santo, pero el cantar no solo me dio fama y fortuna, también me apartó de ese ambiente donde solo me esperaba pudrirme en la cárcel o morir violentamente". Mediante la traducción de Nancy Sinatra le preguntó "-Que me aconseja que haga maestro", Gardel le contestó "-Por lo pronto ragazzino, anotate en el concurso de cantantes que creo que se llama Major Bowes Amateur Hour, hacélo que con probar nada se pierde". Sinatra no solo le hizo caso, sino que ganó el concurso dando inicio a su brillante carrera. 47 años después, Sinatra visitó Buenos Aires para presentarse en el Luna Park y pidió al hombre que le asignó por protección la embajada de los EEUU, que ubicara el bar O´Rondeman y que lo llevara de incógnito. El 8 de Agosto antes de una de su última presentación un guarda espaldas lo llevó hasta la esquina de Agüero y Humahuaca donde ya no estaba el bar, sino que era un predio abandonado y empalizado. Sinatra semi camuflado se bajó del vehículo, se agachó junto a la esquina, sacó de su sobretodo una amarillenta entrada de un espectáculo radial de 1934, la besó, la puso en tierra al tiempo que en voz alta dijo "-Thanks for helping me to live, Mister Gardel". Siendo sinceros, la veracidad de esta historia fue puesta en duda. Sin embargo Rodolfo Ghezzi, miembro de la Academia Nacional del Tango asegura que es 100% verídica. Hasta que no se tenga certeza si es cierta o una leyenda urbana, la historia es tan bella que preferimos compartirla.
Fuente: Pequeñas Piezas de la Historia
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