13 de Noviembre de 1825. 🚢 El Monstruo de Vapor en el Río de la Plata: El Día que el "Druid" Cambió la Historia de la Navegación.

El 13 de noviembre de 1825, la vida en el Río de la Plata cambió para siempre. La multitud se agolpó en el puerto de Buenos Aires para presenciar un evento que desafiaba toda lógica naval: la partida del bergantín transformado, el "Druid", la primera embarcación comercial propulsada a vapor en surcar las aguas de la cuenca, marcando el inicio de una nueva era. La gesta se originó en 1824, cuando los comerciantes británicos John y William Parish Robertson presentaron al presidente Bernardino Rivadavia un audaz proyecto de navegación a vapor, obteniendo su apoyo. En ese momento, la travesía entre Buenos Aires y Montevideo dependía de goletas lentas como la "Pepa" o la "Mosca", donde el viaje (que podía durar más de 24 horas con mal tiempo) y las comodidades dejaban mucho que desear. El protagonista, el bergantín inglés "Druid" (63 toneladas), arribó a Buenos Aires el 9 de junio de 1825. Aunque llegó como un velero con turbinas de vapor empaquetadas como carga (supuestamente para eludir impuestos), fue transformado en el varadero de Vuelta de los Tachos (actual barrio de Barracas). La instalación de la maquinaria —horno a leña, caldera y máquina alternativa— fue llevada a cabo por la tripulación inglesa, ya que no existía mano de obra local calificada. Esta fue la primera vez que técnicos locales observaron la instalación de una máquina de vapor en un casco de madera. El 13 de noviembre de 1825, el "Druid" zarpó, dejando a los curiosos con "la boca abierta" al ver un buque moverse sin velas ni remos, "echando humo y chispas como un monstruo mitológico". A bordo viajó lo más granado de la sociedad y la política, incluyendo al Almirante Guillermo Brown, el sobrino del General Belgrano, Miguel Belgrano, y el propio Bernardino Rivadavia. Tras solo cuatro horas de navegación, la nave llegó al Puerto de Sarandí. Durante el almuerzo de celebración a bordo, el Almirante Brown brindó, augurando que los barcos a vapor no solo atraerían el comercio, sino que también "servirían para defender la integridad de la República", una preocupación palpable ante la inminente Guerra del Brasil. El éxito fue total, y la prensa auguró un "brillante porvenir" a la nueva tecnología. La aplicación del vapor a la navegación ya tenía una historia de fracasos y éxitos. Robert Fulton en Estados Unidos (1807) logró el primer éxito comercial, pero en el Plata, las pruebas de Thomas Lloyd Halsey (desde 1812) habían sido frustradas por conflictos bélicos. En 1822, el navío de guerra chileno "Rising Star" (propulsión mixta) fue el primer vapor en el Atlántico Sur, pero fue el "Druid" el que inauguró la navegación comercial en la cuenca. A pesar del éxito inicial, la aventura del "Druid" fue corta. La vigilancia de la flota brasileña, que bloqueaba a Montevideo y llegó a detener el buque el 28 de noviembre de 1825 (obligando a Brown a protestar), generó terror e incomodidad. El miedo a las explosiones de la "infernal maquinaria" y la falta de rentabilidad hicieron que el "Druid" hiciera su último viaje en enero de 1826, volviendo a su condición de velero y partiendo hacia Gibraltar. Tuvieron que pasar casi diez años, hasta 1835 con el buque "Federación" (ex-Potomac), para que el Río de la Plata volviera a ver un servicio regular a vapor.  #PrimerVapor #RíoDeLaPlata #HistoriaNavalArgentina #BernardinoRivadavia #GuillermoBrown #mendozantigua