El 13 de diciembre de 1466 falleció en Florencia Donatello, uno de los grandes padres del Renacimiento, cuya obra transformó la escultura occidental y dejó un legado artístico que aún deslumbra.

El 13 de diciembre de 1466, en Florencia, se apagó la vida de Donato di Niccolò di Betto Bardi, conocido como Donatello, considerado uno de los pilares del Renacimiento. Nacido en 1386, se formó en la casa de los Martelli, donde aprendió orfebrería, y más tarde viajó a Roma en 1402 junto a Brunelleschi para estudiar el arte clásico y realizar trabajos arqueológicos. De regreso a Florencia en 1404, trabajó en el taller de Lorenzo Ghiberti, perfeccionándose como orfebre y joyero. Su talento lo llevó a revolucionar la escultura con obras como el “Pequeño Profeta” y el “David en mármol”, que marcaron un nuevo rumbo en proporciones y estilos, influyendo incluso en la pintura. Donatello fue maestro en las esculturas de gran escala —como San Juan Evangelista, San Marcos y la conmovedora María Magdalena penitente—, pero también innovó en el relieve aplanado o “stiacciato”, técnica con la que logró representar profundidad en planos mínimos. Ejemplos de este estilo son la Puerta de los Apóstoles, el Cristo muerto y los relieves del Altar mayor de San Antonio de Padua. Sus obras se encuentran en Roma y Florencia, como el Tabernáculo de la Anunciación, el Tabernáculo del Santo Sacramento, la Tumba de Juan XXIII y la célebre Cantoría del Duomo. En sus últimos años sufrió una enfermedad que lo dejó en la pobreza, pero su legado lo consagró como uno de los grandes maestros del arte. Hoy, piezas como la estatua ecuestre de Gattamelata en Padua, el Púlpito de la catedral de Prato, Judith y Holofernes en el Palacio Vecchio y la María Magdalena penitente en el Museo dell’Opera del Duomo son visitadas por miles de personas y mantienen viva su memoria. #Donatello1466 #Renacimiento #EsculturaItaliana #ArteUniversal #Florencia #HistoriaDelArte #13Diciembren #mendozantigua