Una imagen como esta, es pura poesía visual: el Hotel de Villavicencio rodeado de nieve, abrazado por la cordillera, parece suspendido en el tiempo. En pleno invierno, este ícono mendocino se transforma en un escenario de quietud, memoria y belleza natural. Inaugurado en 1940, el hotel fue durante décadas un refugio de la élite argentina: presidentes, artistas y empresarios se hospedaban allí para disfrutar de sus baños termales, sus jardines diseñados por Carlos Thays hijo, y la serenidad de los 1.750 metros de altura. Su arquitectura de estilo normando, con techos inclinados y detalles clásicos, lo convierte en una joya patrimonial dentro de la Reserva Natural Villavicencio. Cuando llega el frío, el entorno se cubre de nieve y el hotel se convierte en una postal silenciosa. Aunque ya no funciona como alojamiento, hoy se puede visitar como espacio cultural, con recorridos guiados por sus terrazas, capilla restaurada y salones cargados de historia. La nieve realza su carácter nostálgico, y el contraste entre el blanco del paisaje y la piedra del edificio lo vuelve casi cinematográfico. La reserva ofrece experiencias únicas: avistaje de guanacos, caminatas por el Camino de los Caracoles, vistas al Aconcagua desde la Cruz de Paramillos, y actividades como tirolesa y travesías en 4x4. Pero en invierno, todo se ralentiza: el silencio gana protagonismo, y el hotel se convierte en un símbolo de lo que fue y de lo que aún resiste. #HotelVillavicencio #InviernoEnLaReserva #PaisajeNevado #MendozaHistórica #ArquitecturaConMemoria #PatrimonioNatural #PostalesDeMontaña #SilencioBlanco #RutaEscénica #HistoriaEntreNieves #Mendozantigua
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