lunes, 11 de julio de 2016
Los improvisados que desfilaron en 1889. La imagen corresponde al desfile realizado el 9 de julio de 1894.
En marzo de 1889, cuando se organizaba el desfile del 25 de mayo, el ministro de Guerra, Nicolás Levalle, ordenó que el flamante Batallón de Ingenieros tenía que marchar. El problema es que solo tenía sus jefes, pero le faltaba la tropa. Le dieron cien pesos a cada uno de los cuatro sargentos, con instrucciones de usarlo para reclutar hombres.
Ramón Tristany, uno de los sargentos, se dirigió a los bares del Bajo (en la zona de la actual avenida Alem) donde se concentraba buena parte de la población ociosa —y viciosa— de Buenos Aires. La algarabía, sazonada con alta graduación alcohólica de dudosa calidad, permitió que Tristany encontrara muchos voluntarios. Pero había un problema: eran todos marinos de otras nacionalidades. El sargento prefirió consultarlo con sus superiores y todo quedó en veremos.
Al día siguiente recibió una repuesta tajante: importaba más el número que la nacionalidad. Por lo tanto, esa noche regresó al bar con el fin de reclutar. Pero el entusiasmo inicial se había evaporado y apenas unos tres o cuatro seguían interesados. Tristany se imaginaba desfilando delante del presidente Miguel Juárez Celman y el ministro Levalle con su tropa de cuatro parroquianos. Era un papelón. Pero alguien le dio la solución: que fuera al Hotel de Inmigrantes.
Había arribado un barco con franceses y belgas. Cuando el sargento comunicó en su pasable francés lo que buscaba, una marea de jóvenes se arremolinó en torno de la mesita. Al día siguiente, Tristany apareció en el cuartel con 150 hombres. Que desfilaron el 25 de mayo de 1889. Y, cuando rompieron filas, se fueron contentos al cuartel… ¡cantando La Marsellesa!
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/personalidades/los-improvisados-que-desfilaron-en-1889/
domingo, 10 de julio de 2016
Alfred buckham es considerado el pionero de la fotografía aérea. Fotos como esta vista de Edimburgo en 1920 son tan impresionante como su récord de sobrevivir 9 ACCIDENTES. La mayoría de sus imágenes fueron tomadas de pie, ya que fue citado: " si uno con su pierna derecha está atado a la base del avión con una bufanda o un trozo de cuerda, es posible trabajar en perfecta seguridad."
sábado, 9 de julio de 2016
viernes, 8 de julio de 2016
El caballo campeón, Penny Post, embarcando rumbo a Perú, 31 de diciembre de 1958.
Archivo General de la Nación
jueves, 7 de julio de 2016
7 de Julio de 1927, a las 4:30am el tren que desde Mendoza transportaba a una delegación de cadetes de la Escuela Militar Chilena, que viajaban para participar de los festejos del 9 de Julio y la inauguración del monumento a Mitre en la Capital Federal, embiste 100 metros después de pasar la estación Alpatacal al convoy de pasajeros que provenía de Buenos Aires que aguardaba la señal luminosa para internarse en un desvío.
La embestida fue frontal. Gran cantidad de muertos y heridos produce la catástrofe. Conocida la noticia de inmediato se inicia el envío de trenes de auxilio con medicamentos y personal sanitario hasta el desolado paraje. Los 120 cadetes que salen indemnes de la catástrofe reciben órdenes del Ministerio de Guerra de su país para continuar con su misión. Durante el viaje y la estadía en Buenos Aires reciben numerosas muestras de afecto y solidaridad.
miércoles, 6 de julio de 2016
martes, 5 de julio de 2016
TRILLA DEL TRIGO EN CUADRO BOMBAL. Departamento de San Rafael, fines de siglo XIX. Mendoza
En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, el cultivo del trigo era una de las actividades más importantes en el panorama económico y laboral de la zona.
Luego de la primera etapa de la siega del trigo, se procedía a la trilla del mismo, tarea ésta que consistía en moler las espigas para desprender de sus cubiertas los granos.
La imagen, tomada en los primeros años del siglo XX, muestra a algunos sanrafaelinos llevando a cabo esa tarea en la zona de Cuadro Bombal.
Fuente: Foto: Archivo Vega Fotografía. Fuente: Diario San Rafael
Trabajos que ya no existen. Colocador de bolos
En la actualidad se emplea máquinas y equipos electrónicos para recoger los bolos caídos. Sin embargo, la historia de los bolos y las boleras empieza mucho antes de la aparición de la tecnología y, por lo tanto, era necesario emplear manos humanas para hacer el recuento y colocar los bolos en su sitio. Probablemente una partida duraba también más tiempo que ahora.
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